La doctora Elisa Pérez, jefa adjunta del Servicio de Oftalmología en el Hospital Rey Juan Carlos de Móstoles, destaca que «los fumadores tienen un riesgo aumentado de sufrir problemas oculares, el cual está directamente relacionado con la cantidad diaria de cigarrillos consumidos».
La especialista abordó la relación entre el tabaquismo y la oftalmopatía tiroidea, específicamente el hipertiroidismo autoinmune o enfermedad de Graves Basedow, durante la jornada titulada ‘Hipertiroidismo, ¿cómo afecta a mis ojos?’ en el hospital mostoleño.
En este sentido, se resalta el tabaco como el principal factor de riesgo para la afectación ocular en esta patología tiroidea, contribuyendo no solo a formas más graves de la enfermedad, sino también afectando negativamente la respuesta a los tratamientos disponibles.
Aunque el tabaco se identifica como el factor preponderante, la doctora Pérez y su equipo subrayan que los altos niveles de anticuerpos ‘antiTSi’ en sangre también desempeñan un papel crucial en los efectos oculares asociados a la patología tiroidea. Estos anticuerpos provocan una respuesta inflamatoria en los tejidos alrededor del globo ocular, conocido como tejido orbitario, lo que puede manifestarse desde molestias oculares leves hasta síntomas más graves con riesgo para la visión.
El abordaje terapéutico de la oftalmopatía tiroidea varía según la actividad y severidad de la misma, evaluadas mediante escalas específicas y exámenes clínicos precisos. La oftalmóloga destaca que el tratamiento puede ir desde medidas sintomáticas, como el uso de lubricantes oculares para la irritación, hasta intervenciones médicas hospitalarias en casos avanzados, siempre con el objetivo de mejorar los síntomas y mantener la función tiroidea en niveles normales.