Hoy: 23 de noviembre de 2024
Los conflictos han dominado en gran medida un 2023 que, en el ámbito internacional, ha dejado cambios de gobierno, tensiones geopolíticas, desastres naturales y violaciones de los Derechos Humanos, entre otras noticias aparejadas en ocasiones a nombres propios de políticos responsables de cuestionadas decisiones.
Desde el 7 de octubre, gran parte de los focos han apuntado hacia la Franja de Gaza, origen de un atentado sin precedentes a manos de milicianos de Hamás con 1.200 víctimas mortales que desató una ofensiva militar israelí que acumula más de 20.000 palestinos fallecidos.
El conflicto ha consolidado a Estados Unidos como principal apoyo de Israel, pese a las crecientes críticas tanto internas como desde el extranjero a la labor del Gobierno de Benjamin Netanyahu, que vio alejarse la perspectiva de normalización política con el mundo árabe sobre el que venía años trabajando.
El temor a un contagio del conflicto es constante, teniendo en cuenta los lazos que Irán mantiene no sólo con Hamás, sino también con Hezbolá en Líbano o, en Yemen, con los rebeldes hutíes, protagonistas en las últimas semanas por sus amenazas a la navegación comercial en el mar Rojo. Irán, además, ha suscrito en 2023 un histórico acuerdo para normalizar relaciones con Arabia Saudí.
El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, ha expresado en varias ocasiones su temor a que la agresión militar rusa haya quedado en un segundo plano y, por extensión, los aliados occidentales comiencen a flaquear en cuanto a apoyo. El Congreso estadounidense titubea para aprobar nuevas ayudas, si bien la batería de sanciones contra Rusia sigue y, por ejemplo, la UE ya acumula 12 tandas.
En el terreno militar, las fuerzas ucranianas lograron ciertos avances tras el lanzamiento en junio de una contraofensiva, pero los frentes no han sufrido grandes cambios en las últimas semanas. El temor a un estancamiento que cronifique el conflicto se extiende, por lo que Kiev pide más y mejores armas.
Las diferentes guerras sirven para que las principales potencias se posicionen y, así, han evidenciado los diferentes enfoques entre Estados Unidos y China, llamados a ser los dos principales polos de poder global. Pekín y Washington libran además su particular tira y afloja bilateral que va desde lo comercial a lo político y que vivió un periodo de especial tensión tras el derribo en febrero de un presunto globo espía chino por parte de Estados Unidos.
El presidente de China, Xi Jinping, inició en marzo el que es ya su tercer mandato, marcado en sus primeros compases por una consolidación de poder que ha implicado purgas y una reivindicación de cuestiones geopolíticas clave como puede ser la soberanía sobre Taiwán, potencial polvorín político e incluso militar.
En Estados Unidos, en cambio, los principales líderes toman posiciones para un 2024 con elecciones presidenciales a la vista. El actual mandatario, Joe Biden, volverá a presentarse, mientras que su teórico rival, Donald Trump, no renuncia a una nueva candidatura pese a haber acumulado una batería de causas judiciales en este año que ahora termina. Al posible fraude empresarial se le suman imputaciones por su papel en el asalto al Capitolio y por poner en duda el proceso electoral de 2020.
Europa ha visto en 2023 cómo se coronaba a un rey, Carlos III, y cómo crecían las amenazas terroristas en varios países, derivadas en parte de las tensiones en Oriente Próximo. Finlandia, Eslovaquia y Polonia han vivido cambios de Gobierno mientras que Países Bajos y Portugal atisban ya el final de sus respectivos primeros ministros, Mark Rutte y António Costa, este último salpicado por un presunto escándalo de corrupción.
La Unión Europea se ha visto obligada a replantear su futuro como bloque, abriéndose a nuevas incorporaciones como la de Ucrania, pese a no haber avanzado en el debate pendiente sobre la ampliación, a no encontrar una voz común en conflictos como el de Gaza y a sufrir situaciones de bloqueo como la liderada por Hungría, cuyo líder, Viktor Orbán, ha cuestionado enfoques clave.
En el tramo final del año, los Veintisiete han salvado consensos como una regulación sin precedentes sobre inteligencia artificial o un pacto migratorio que refuerza el control en fronteras y plantea una solidaridad a la carta. El Mediterráneo es la ruta migratoria más mortífera del mundo y acumula más de 28.000 fallecidos desde 2014, según la ONU.
Fuera de la UE, en los Balcanes, la situación sin resolver del norte de Kosovo ha relanzado las tensiones con Serbia y una ofensiva azerí sobre la región separatista de Nagorno-Karabaj ha empujado a Armenia a unos 100.000 refugiados y ha permitido a Azerbaiyán hacerse con el control definitivo de la zona.
En América Latina, el año arrancó con la toma de posesión en Brasil del presidente Luiz Inácio Lula da Silva y siguió apenas unos días después con un asalto a las sedes de los principales poderes en Brasilia por parte de simpatizantes del exmandatario Jair Bolsonaro.
También ha habido cambio de Gobierno en Ecuador, donde el empresario Daniel Noboa ha tomado las riendas tras la caída antes de tiempo de Guillermo Lasso, y en Argentina, que ha pasado página del peronismo de forma abrupta para escorarse hacia la ultraderecha de la mano de Javier Milei.
En Guatemala, los comicios han derivado en un pulso sin precedentes liderado por el Ministerio Público para poner en tela de juicio la victoria del izquierdista Bernardo Arévalo, que tomará posesión en enero, mientras que en Venezuela el chavismo y la oposición intentan a duras penas sentar las bases de un proceso electoral con garantías que depende entre otras cosas de la revisión de inhabilitaciones de dirigentes clave como María Corina Machado, vencedora de las primarias opositoras de octubre.