Hoy: 27 de noviembre de 2024
Gregorio López, conocido como el padre Goyo, acusa al gobernador del estado de Michoacán, México, Alfredo Ramírez Bedolla, de ser una narcopropaganda. El partido político Morena, el mismo que llevó a Andrés Manuel López Obrador al poder, “no es más que un narcocártel aquí en la región”.
Cuando la entidad política llegó a Michoacán, las células delictivas pasaron de ocho a 36. López asegura que el Gobierno “está pariendo delincuentes”.
A pesar de que las autoridades indican que están trabajando para recuperar la paz, el párroco sostiene que lo peor que le puede pasar a un ser humano es volverse insensible. “Acostumbrarse al olor a muerte”.
El sacerdote también señala que son “personas sin escrúpulos”. Porque prácticamente “les matan la gente encima. Morena es demasiado morena ya, salpicado de tanta sangre”. Asegura que el estado, que tiene como capital la ciudad de Morelia, “ahora está peor que antes”.
Anteriormente, según el cura, había un solo grupo delictivo en la comarca. “Pero ahora son 36 bandas”. Y la más delictiva, “el delincuencial de Bedolla, Guardianes de la paz“.
Por esta razón, afirma que quien gobierna dicha demarcación es el narco. “Todo el mundo sabe quienes son los delincuentes. Y lo digo en Voz alta. Se llama César Sepúlveda Arellano”.
También precisa que Sepúlveda se está preparando para ser candidato a la presidencia de la ciudad michoacana de Apatzingán por Morena en las próximas elecciones. “Sepúlveda sostuvo las manos de los narcos en un acto realizado recientemente”.
Con relación a los Guardianes de la paz, asegura que Bedolla lo que hizo fue juntar a todas las células delictivas y “hacerlas hermanitos”.
“Ramírez Bedolla, el más delincuente, pidió al Estado ocho días de demora para llegar a un acuerdo de paz”. El religioso asegura que la pedida de ese retraso “era para avisarles a los delincuentes que se escondan”. El sacerdote dice que se gastó 500 millones de pesos mexicanos en esa estrategia.
“Todo lo que hago, lo hago a nombre de mi pueblo”, afirma.
Sostiene que el delincuente más grande del estado de Michoacán es su gobernador, Ramírez Bedolla. “Me tengo que esconder de él”.
López pide que se busque ayuda internacional, porque las autoridades nacionales “están vendidas”. Pide a las Naciones Unidas que implemente una solución a lo que está pasando en México, en especial en Michoacán. “Porque la situación está por encima de AMLO (López Obrador) y las autoridades”.
Sostiene que su amor a la patria azteca está por encima de que lo acusen de “golpista”. Indica que no está sirviendo a ningún grupo delictivo como lo hacen ellos.
“Me duele que hace poco asesinaron a un ciudadano y no hay ningún detenido”. Dice estar preparado para todo. Indica que “el Michoacán real es el que está en manos del crimen organizado”.
También destaca que los empresarios abandonan la región. “No ven una garantía para sus negocios”. Lo más triste es el desplazamiento forzoso”.
“En ningún otro estado mexicano he visto una guerra cibernética como la hay en Michoacán”. Apunta a que “todo esto es producto del cobijo brindado por las autoridades a los delincuentes”.
El sacerdote Gregorio López compara la situación de la región con un partido de fútbol. Donde el arbitro debe sacar tarjeta “cuando ve agresión entre los jugadores, de no ser así, terminará pelándose todo el estadio”.