Hoy: 23 de diciembre de 2024
La Consejería de Salud de Asturias contará con un presupuesto de 2.322 millones en 2024, el mayor de la historia, para abordar tres objetivos fundamentales: robustecer la atención primaria, que contará con 49,9 millones más que este año; afianzar el plan estructural frente a las listas de espera con una inversión de 57 millones; y fortalecer la atención a la salud mental con más profesionales y nuevos dispositivos.
La consejera Concepción Saavedra ha presentado este lunes en Gijón las cuentas de su departamento para el próximo año, que crecen un 9,25% respecto a la partida actual. Salud acapara casi cuatro de cada diez euros del presupuesto total del Principado, que alcanza los 6.348 millones, con el propósito de continuar avanzando en uno de los servicios públicos claves.
“Este presupuesto refleja la década del cambio y responde a la apuesta del Gobierno de Asturias por garantizar la mejora del estado de bienestar, ahondar en la modernización del sistema sanitario y mejorar en equidad, accesibilidad y calidad asistencial, poniendo siempre a las personas en el centro de las políticas”, ha valorado Saavedra.
Los fondos para la red de atención primaria aumentan en 49,9 millones, hasta superar los 628, lo que representa el 27,9% del presupuesto global del Servicio de Salud (Sespa), gasto de farmacia incluido. Es decir, casi uno de cada tres euros del presupuesto de la consejería se dedicará a primaria. Además, el esfuerzo inversor que se destina a recursos humanos en primaria supone el 25,77% del gasto total de personal del Sespa.
En cuanto a las listas de espera, la consejería prevé invertir más de 57 millones para atajar las listas de espera con un plan estructural que ayude a recortar tiempos y a dar prioridad a criterios clínicos y de capacidad de las personas.
En materia de salud mental, el presupuesto en este campo alcanzará los 88,8 millones en 2024, de modo que aumenta un 6,23% respecto a este año. Este crecimiento obedece a la necesidad de poner en marcha las actuaciones incluidas en el Plan de Salud Mental: aumento de la plantilla de profesionales, mejora de la red asistencial, creación de nuevos dispositivos y desarrollo de herramientas colaborativas. Todas estas medidas se orientan a ofrecer a cada persona el recurso más adecuado a sus necesidades.