Hoy: 27 de noviembre de 2024
Las entidades eclesiásticas integrantes de Enlázate por la Justicia, como Cáritas, CEDIS, la Conferencia Española de Religiosos (CONFER), Justicia y Paz, Manos Unidas y REDES, instan a los ciudadanos a unirse a las movilizaciones climáticas del 2 y 3 de diciembre de 2023. El objetivo es demandar “justicia climática ya” durante la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Cambio Climático de Naciones Unidas (ONU), la COP28, que se celebra en Dubái.
El año 2023 podría pasar a la historia como el período en el que se batieron numerosos récords de altas temperaturas en diversas ciudades y océanos alrededor del mundo. En España, solo durante el verano, se registraron 552 récords absolutos de temperatura. Sin embargo, las organizaciones advierten que el 2024 y el 2025 podrían ser aún más desafiantes, con la posibilidad de superar nuevos récords.
Los compromisos establecidos por los países en el Acuerdo de París de 2015 para limitar el aumento global de la temperatura a entre 2 y 1,5ºC para fines de siglo son claramente inadecuados, según las organizaciones.
Indican que las comunidades más vulnerables, especialmente en los países más empobrecidos, experimentan de manera desproporcionada los impactos devastadores del cambio climático, tales como sequías prolongadas, huracanes, eventos extremos, hambre y desplazamientos.
Durante la COP28 en Dubái, que se llevará a cabo del 30 de noviembre al 12 de diciembre, se abordarán cuestiones cruciales para la justicia climática. Esto incluye la primera revisión global de los compromisos de reducción de emisiones de los países y la necesidad de intensificar los esfuerzos para evitar superar los 2ºC. También se discutirá la creación de un nuevo fondo climático más eficaz y ambicioso, donde los países desarrollados contribuyan adecuadamente y se prioricen proyectos de adaptación climática para las comunidades vulnerables.
Enlázate por la Justicia expresa inquietudes sobre la actual deriva hacia energías renovables, ya que ejerce una mayor presión sobre minerales estratégicos o de transición como litio, níquel, cobalto y grafito. Algo que favorece la “destrucción de la naturaleza y de los ecosistemas”, según la asociación. Por tanto, abogan por una renovación diferente, que sea “justa, inclusiva y sostenible”, como destacan.