Esta historia es otro pasaje más del diario de un hemipléjico, cuyo autor es José Miguel Hernández Campoy. «El eslabón perdido, de la cadena del tiempo, donde quiero hacer valer la complejidad del tiempo en mi cabeza, que ya no me funciona como antes», dice.
Esta vez, el granadino expresa con gran emotividad la importancia de mantener presentes los momentos memorables de la vida. Vivencias que, a su juicio, deben permanecer intactas en nuestra memoria.
En el ‘diario de un hemipléjico’: «Concretamente, me dirijo a mi primo Antonio, el eslabón perdido mío de mi familia. Todos los recuerdos acaban en el cortijo de la huerta. Cortijo de la Huerta del Marqués. Y ahí en el tiempo se me pierden y en el paisaje… se me pierden en la memoria. Pero cuando recuerdo algo siempre también lo recuerdo ahí.
Los tiempos de mi infancia, los tiempos de mi adolescencia, todo empieza y todo acaba en el Cortijo de la Huelta del Marqués. Y es ahí donde quiero anclarme. Porque no quiero perder esos recuerdos. Soy un barco a la deriva. Mi mente no es capaz de procesarlo si no tengo en cuenta de dónde vengo ni de donde era. Espero que todo esto sirva para reflexionar. Para todo aquel que tenga su familia y tenga recuerdos familiares. Que no los pierdan por nada del mundo», alienta José Miguel.