Diosdado Cabello estuvo en La Habana para un chequeo médico

Aunque fue recibido por el presidente Díaz-Canel, sus relaciones con La Habana son “peores que nunca”

El primer vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Diosdado Cabello, estuvo en Cuba para un chequeo médico, según confirmaron a FUENTES INFORMADAS personas cercanas al Palacio de Miraflores, que no abordaron las posibles dolencias que lo llevaron a La Habana.

“(Diosdado) ya está de regreso en Caracas y su entrevista con el presidente cubano fue un intercambio de impresiones”, confirmaron las fuentes. La prensa cubana se limitó a reseñar la entrevista entre el presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez y el visitante, con el tono habitual de refrendo de solidaridad e intereses políticos mutuos.

El desplazamiento de Cabello a La Habana provocó que periodistas e ‘influencers’ venezolanos aseguraran que padece cáncer; estableciendo lógicos paralelismos con el caso del fallecido Hugo Chávez, pero FUENTES INFORMADAS no ha podido confirmar este extremo.

Especialistas del Centro de Investigaciones Médicas y Quirúrgicas (CIMEQ), de La Habana, rehusaron comentar detalles sobre la salud de Cabello, limitándose a confirmar su paso por el “área especial, para un chequeo”

En la página oficial del PSUV no aparece el email institucional de Cabello ni un teléfono de contacto, solo que desempeña el cargo de primer vicepresidente y forma parte del Buró Político de la organización.

Los intentos de contactar con Cabello coincidieron con la decisión del Tribunal Supremo de Venezuela de “intervenir” el Partido Comunista, un aliado tradicional del chavismo desde inicios de la revolución bolivariana de Hugo Chávez, pero que en los últimos años ha sido crítico hacia la deriva más autoritaria de Nicolás Maduro.

Narcotráfico y recompensa

El viaje de Diosdado Cabello a Cuba para hacerse un chequeo médico desató una cascada de especulaciones en medios políticos, diplomáticos y periodísticos; conocedores del empeoramiento de las relaciones entre La Habana y el menos procastrista de los altos cargos chavistas.

La razón que esgrimen unos y otros es el “miedo” de Cabello a que un juez de un tercer país decrete su captura, por un pedido de extradición de Estados Unidos, amparado en su presunto involucramiento en el narcotráfico, como supuesto jefe del Cartel de los Soles y por el que ofrece una recompensa de hasta diez millones de dólares, según la web del Departamento de Estado.

La oferta económica, teléfono y email de contacto aparecen en el Programa de Recompensas de Narcóticos, desde 2020.

Estados Unidos acusa a Diosdado Cabello de participar en “una corrupta y violenta conspiración narcoterrorista entre el Cartel de los Soles, una organización narcotraficante venezolana compuesta por funcionarios venezolanos de alto rango y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), con quien pactó el apoyo de seguridad y logístico para transportar y distribuir grandes cargamentos de cocaína.

Cabello interfirió en procesos penales en cursos en Venezuela contra miembros del Cartel de los Soles y fue acusado, en 2020, en el Distrito Sur de Nueva York de conspiración para cometer narcoterrorismo, para importar cocaína y cargos relacionados con armas de fuego en violación del Título 21, Código de los Estados Unidos, Secciones 960a y 963, y Título 18 del Código de los Estados Unidos, Secciones 924 y 2; siempre según la versión del Departamento de Estado.

La Habana sí, Brasil e Irán no

Un diplomático norteamericano, que rehusó ser identificado, aseguró que las relaciones entre Cabello y La Habana “son peores que nunca” y restó importancia a su entrevista con el presidente Díaz-Canel, que calificó de “mero intercambio protocolar de opiniones”.

Cabello habría estado valorando las opciones de desplazarse a Brasil o Irán para su revisión médica, pero finalmente se decantó por La Habana, donde “se siente más seguro, aunque asume que allí no es bienvenido”, aseguró el diplomático estadounidense, que asegura su gobierno no estaba al tanto del desplazamiento médico de Diosdado a Cuba.

Las negociaciones entre la administración Biden con Teherán para intercambiar la liberación de fondos congelados por la liberación de estadounidenses en manos de los ayatolás, hizo decantarse finalmente a Cabello por La Habana.

Estados Unidos acordó dar a Irán acceso a 6.000 millones de dólares de ingresos petroleros; actualmente congelados y retenidos en Corea del Sur, a cambio de la liberación de cinco estadounidenses encarcelados en Irán. Los reos no podrán regresar a casa, hasta que el dinero del petróleo iraní, que sólo puede utilizarse con fines humanitarios, esté en una cuenta bancaria qatarí que lo administrará.

La Habana y Cabello nunca se entendieron y -ante la irreversibilidad de la muerte de Hugo Chávez- el también enfermo Fidel Castro apostó resueltamente por Nicolás Maduro; pero fuentes cubanas no se ponen de acuerdo sobre el momento de la ruptura.

El ex oficial de la Dirección de Inteligencia Militar (DIM), Pablo Villarreal Trujillo, sostiene que Fidel Castro “se encabronó por el acobardamiento de Cabello”, cuando la intentona golpista de abril de 2002, que depuso por unas horas a Chávez, llegando a firmar su renuncia, pero la operación se vino al traste por errores de los conjurados y las vacilaciones del entonces comandante Raúl Isaías Baudel.

Cabello también habría firmado su dimisión y habría formado parte de la conjura para desplazar a Chávez y exiliarlo en Cuba, pero el plan fracasó por el incumplimiento del pacto por parte del empresario Pedro Carmona, la cara visible del golpe, y las vacilaciones del entonces comandante Raúl Isaías Baudel.

Al final, Cabello -a la sazón vicepresidente, asumió temporalmente la presidencia, ordenó el rescate de Chávez y restituyó al mandatario electo democráticamente, pero algo debió ocurrir internamente, pues el repuesto líder bolivariano lo sacó de la vicepresidencia a los pocos días de la intentona golpista y lo reemplazó por José Vicente Rangel, que siempre fue el “hombre de La Habana en Venezuela”. Cabello fue nombrado entonces ministro de Justicia e Interior, pese a que su formación es de ingeniero.

En cambio, el ex oficial de la entonces Dirección General de Inteligencia (DGI) Enrique García Díaz sostiene que la “bronca gorda vino cuando La Habana supo que Cabello y Vladimir Padrino, entonces ministro de Defensa, estaban negociando con Estados Unidos, para quitarse de encima a Maduro y asumir ellos el mando”.

Los contactos que se prolongaron durante casi dos años (2018-2019) ocurrieron durante el mandato del presidente Donald Trump, que fue un azote para La Habana, tras fracasar los intentos de acercamiento entre ambas partes; como prolongación del “embullo” Obama; una operación que contó con el respaldo del ‘establishment’ estadounidense.

García asegura que “Diosdado no se acobardó durante la conjura que sacó unas horas a Chávez de Miraflores”, ratifica que La Habana nunca se fío de él, pero sostiene que, en “la actual coyuntura venezolana, Cabello y Maduro se necesitan mutuamente y comparten el pastel económico”

A diferencia de Maduro, que pasó escuelas en Cuba, o Adán Chávez, abiertamente procastrista y hermano del finando presidente, Cabello proviene de la socialdemocracia venezolana; habiendo militado en las juventudes de Acción Democrática, siguiendo los pasos de su padre, Adrián que; como muchos adecos guardan en su memoria los agravios guerrilleros de Castro contra los gobiernos de Rómulo Betancourt (1959-1964) y Raúl Leoni (1964-1969).