Un año nos deja muchas imágenes. La vida nos deja muchas imágenes y momentos, unos para olvidar y otros para recordar. Imágenes y momentos que nos acercan a la humanidad y la bondad del hombre o de la mujer, o que nos enseñan la brutalidad a la que puede llegar el ser humano. Son tantas que nos cuesta procesarlas, pero yo para acabar el año quiero dejaros este vídeo que circula en redes. Puede que algunos lo conozcan ya y puede que muchos lo vean por primera vez.
En él una enfermera de cuidados paliativos le canta la canción preferida a una mujer mayor que abandona el hospital para morir en casa rodeada de sus seres queridos y sus recuerdos. El vídeo no es de estos días pero es una imagen eterna y es bueno recordarla las veces que sean necesarias.
No es solo la preciosa voz de esta enfermera, es el gesto de ternura de una persona con otra en el momento que se acerca el final de su vida durante el trayecto de la ambulancia que la traslada a su hogar. Es un momento que nos devuelve el afecto y nos reconcilia con el ser humano. Luego están los Trump y los Putin y los miserables que, como ellos, y son más de los que nos gustaría, se encargan de romper la vida y pintar de negro la esperanza.