La Navidad es una época de celebraciones y reuniones familiares, pero también de un incremento en las actividades de decoración y bricolaje, lo que eleva el riesgo de sufrir accidentes oculares. Estas tareas, habituales durante las fiestas, pueden derivar en lesiones graves si no se toman las precauciones adecuadas.
Según datos de la Sociedad Española de Oftalmología (SEO), los traumatismos oculares aumentan entre un 20% y un 30% durante el periodo navideño. Ante esta situación, el Instituto Oftalmológico Fernández-Vega advierte sobre la importancia de extremar la prudencia para evitar daños que puedan comprometer la visión.
El doctor Álvaro Fernández-Vega González explica que muchos de estos accidentes son evitables. “Los traumatismos oculares son un tipo de lesión que a menudo podemos evitar con una mayor conciencia de los riesgos y tomando las medidas adecuadas”, señala, destacando que los casos más frecuentes se producen durante tareas de martilleo, especialmente en hombres jóvenes que no utilizan protección ocular.
Actividades como cortar leña, trabajar la madera o clavar adornos conllevan riesgos, ya que las esquirlas de metal o madera pueden impactar directamente en los ojos y causar lesiones desde leves hasta muy graves, con posibles secuelas permanentes si no se tratan a tiempo.
Otros peligros habituales durante estas fechas son las chispas de las chimeneas, que pueden provocar quemaduras o irritaciones, y el descorche de botellas de champán, cuyos corchos pueden salir despedidos a gran velocidad. En la cocina, las salpicaduras de aceite caliente y el uso de utensilios afilados también suponen un riesgo para la salud visual.
Por todo ello, los especialistas insisten en la prevención y en la atención médica inmediata ante cualquier accidente. En palabras del doctor Fernández-Vega González, “es vital acudir a un especialista para valorar la gravedad del problema y pautar, en caso necesario, un tratamiento adecuado lo antes posible”.
En cuanto a la pirotecnia, esta forma parte de la celebración de la Navidad en muchas familias y representa un grave peligro para la salud ocular si no se usa de forma correcta y segura. Los petardos o fuegos artificiales son especialmente peligrosos en menores, ya que su falta de experiencia puede llegar a provocarles lesiones que van desde quemaduras hasta contusiones oculares.
«Tanto adultos como niños deben usar la protección ocular adecuada (gafas de seguridad), se debe mantener en todo momento una distancia de seguridad y hacer uso de la pirotecnia en un lugar despejado, lejos de objetos que puedan provocar incendios o accidentes», explica el doctor.
Por último, hay que prestar atención a los juguetes, sobre todo a aquellos con piezas pequeñas, que disparan objetos, juguetes a control remoto o drones, puesto que pueden causar contusiones o daños en la córnea si se impactan directamente en el ojo.