El Partido Popular ha elevado el tono contra los socios parlamentarios del Gobierno y les ha lanzado un mensaje directo: no pueden seguir sosteniendo a Pedro Sánchez en medio de lo que consideran un escenario de corrupción y deterioro institucional. La portavoz del PP en el Congreso, Ester Muñoz, fue contundente al acusar a los aliados del PSOE de mirar hacia otro lado mientras, a su juicio, se acumulan escándalos que afectan tanto al partido como al Ejecutivo.
Muñoz describió la legislatura como “paralizada”, subrayando que el Gobierno ni siquiera ha presentado los Presupuestos Generales del Estado. Para el PP, ese hecho por sí solo justificaría la disolución de las Cortes y la convocatoria de elecciones. Pero, según los populares, el problema va mucho más allá del bloqueo parlamentario. Hablan de una sucesión de casos de corrupción y de una gestión opaca de situaciones graves que, sostienen, están siendo minimizadas o directamente silenciadas.
Desde el PP también se critica lo que consideran una estrategia de resistencia a cualquier precio por parte de Sánchez. Según Muñoz, el presidente intenta mantenerse en el poder apoyándose en una mayoría parlamentaria que, pese a mostrar incomodidad, no termina de dar el paso de romper. Esa ambigüedad es, para los populares, una forma de complicidad.
La portavoz popular puso nombres propios sobre la mesa. Se mostró especialmente dura con ERC, cuestionando que sus dirigentes hablen ahora de “vergüenza” mientras continúan sosteniendo al Gobierno. Para el PP, ese malestar llega tarde y tiene un precio político. En su discurso, Muñoz dejó claro que interpreta las peticiones de reuniones con Sánchez como intentos de obtener rédito en un momento de debilidad del Ejecutivo.
Tampoco Sumar escapó a las críticas. Desde el PP consideran incoherente que algunos socios pidan explicaciones públicas mientras, en la práctica, mantienen su apoyo parlamentario. A su juicio, existe una dinámica de silencios cruzados que solo beneficia al presidente. En ese contexto, Muñoz denunció un clima de protección mutua entre partidos que impide asumir responsabilidades.
El PNV también fue señalado. Para el PP, las advertencias de los nacionalistas vascos sobre la necesidad de “frenar la hemorragia” llegan cuando la situación, dicen, es ya estructural. La metáfora utilizada por la portavoz fue clara: no se trata de un problema puntual, sino de un deterioro profundo del Gobierno.
Muñoz cerró su intervención con un mensaje dirigido no solo a los socios, sino a la ciudadanía. Aseguró que el balance político del presidente es incompleto y que ha evitado referirse a asuntos judiciales relevantes. Frente a la idea de que Sánchez “aguantará” hasta el final de la legislatura, el PP sostiene que son los ciudadanos quienes ya no pueden aguantar más.
El aviso está lanzado. Para el PP, el tiempo de la ambigüedad se ha acabado y los socios del Gobierno deberán decidir si continúan apoyando a Sánchez o marcan distancias de forma definitiva.