El Partido Popular (PP) ha vuelto a centrar el foco sobre el Gobierno tras la confirmación del exministro José Luis Ábalos de que existió una reunión en 2018 entre Pedro Sánchez, entonces secretario general del PSOE, y Arnaldo Otegi, líder de EH Bildu. Según Ábalos, la cita tuvo lugar en un caserío junto con el ex secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, justo antes de la moción de censura que el PSOE presentó contra Mariano Rajoy. «Esa entrevista existió», aseguró Ábalos a través de un mensaje publicado en ‘X’, la red social anteriormente conocida como Twitter, basándose en lo que él mismo denominó “fuentes presenciales”.
La portavoz adjunta del Grupo Popular en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo, no tardó en reaccionar, emplazando al ministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, a dar explicaciones sobre el encuentro. Álvarez de Toledo criticó que el Gobierno, según su opinión, haya intentado ocultar el hecho y cuestionó la credibilidad de Sánchez. Para la diputada, la reunión no solo confirma pactos políticos, sino que también pone de manifiesto una relación con figuras que, en sus palabras, tienen antecedentes judiciales, según Europa Press.
La portavoz del Grupo Popular en el Senado, Alicia García, subrayó que la confirmación de Ábalos desmiente las declaraciones previas de Sánchez, quien siempre negó haberse reunido con Otegi. García calificó la reunión como un pacto “encapuchado” de carácter tanto político como económico y advirtió que esta situación perseguirá al presidente del Gobierno en su trayectoria política.
Desde Génova, la sede del PP, señalan que el mensaje de Ábalos coincide con la cercanía de su citación en el Tribunal Supremo y su posible ingreso en prisión, lo que según fuentes del partido podría motivar su colaboración para reducir la condena. La dirección popular ha apuntado que esta colaboración sería, en sus palabras, un “acto de supervivencia” por parte del exministro.
El PP insiste en que la transparencia sobre este episodio es urgente y reclama que el Ejecutivo explique las circunstancias de aquel encuentro, sus objetivos y, sobre todo, las implicaciones que tuvo para la política española. La controversia vuelve a poner sobre la mesa el delicado equilibrio entre pactos políticos y la percepción pública de integridad del Gobierno, mientras se mantiene la presión sobre Sánchez y su entorno más cercano.