En pleno 2025, el universo de Crepúsculo vive un renacimiento que combina nostalgia, viralidad y estrategia comercial. La llamada ‘Hoa Hoa Hoa Season’, tendencia surgida en TikTok e inspirada en la canción Eyes on Fire de Blue Foundation, ha devuelto a los vampiros brillantes de Stephenie Meyer al centro del debate cultural. Esta fiebre digital coincide con el relanzamiento cinematográfico de la saga y la publicación de ediciones conmemorativas. Un fenómeno que demuestra que Forks sigue vivo en la memoria colectiva.
Hace dos décadas, el lanzamiento de Twilight cambió el rumbo de la literatura juvenil. Publicada el 5 de octubre de 2005, la primera novela de Meyer transformó un sueño en un imperio narrativo que redefinió la figura del vampiro. Ya no era una criatura del terror, sino un símbolo romántico y melancólico. Edward Cullen y Bella Swan se convirtieron en íconos culturales. Su historia, una metáfora moderna sobre el deseo, el sacrificio y la eternidad.
Todo comenzó en 2003. Meyer, entonces una madre de familia de Arizona sin experiencia literaria, soñó con una conversación entre una joven humana y un vampiro que brillaba al sol. Tras catorce rechazos editoriales, logró publicar su novela con Little, Brown and Company. El éxito fue inmediato. Más de 160 millones de copias vendidas en 49 idiomas. Una franquicia cinematográfica que recaudó más de 3.300 millones de dólares en taquilla mundial.
El impacto de Crepúsculo abrió la puerta a una nueva generación de sagas juveniles. Sin su éxito, fenómenos como The Hunger Games o Divergent quizá no habrían existido. En 2020, Meyer publicó Midnight Sun, la historia contada desde la perspectiva de Edward, que vendió más de un millón de copias en su primera semana. A pesar del paso del tiempo, la autora sigue siendo una figura central en la cultura popular.
No responde solo el regreso de Crepúsculo a la nostalgia. La Generación Z, que conoció la saga a través de memes y redes sociales, la ha adoptado como emblema de la estética otoñal. En TikTok, las etiquetas #Twilightcore y #HoaHoaHoaSeason acumulan millones de visualizaciones. Recrean los usuarios escenas, reinterpretan diálogos y celebran los paisajes lluviosos del noroeste estadounidense con una mezcla de ironía y devoción.
Asimismo, la influencia se extiende también al ámbito editorial y comercial. Alfaguara ha lanzado nuevas ediciones de lujo: una caja con los cuatro títulos principales y una versión especial titulada Bella y Edward. En paralelo, tiendas como Hot Topic han reeditado su línea de ropa inspirada en la saga. Marcas de maquillaje como Sheglam han presentado colecciones que evocan el brillo pálido de los vampiros y los tonos gélidos de Forks.
En entrevista con ABC News, Stephenie Meyer confesó estar desarrollando nuevas historias ambientadas en el universo de Crepúsculo. “No sé si llegarán a publicarse, pero si no las termino, alguien difundirá mis borradores después de mi muerte”, afirmó. Sus palabras reavivaron las especulaciones sobre posibles secuelas o relatos paralelos. Durante el Forever Twilight in Forks Festival, la autora mostró bocetos de la futura serie animada Midnight Sun, producida junto a Netflix.
El 7 de noviembre será otra fecha significativa. Se celebrará el Twilight Concert en Chicago, un evento musical y temático para conmemorar el aniversario del estreno de la saga. Varias cadenas de cine reestrenarán las películas en formato maratón. Librerías de Norteamérica y Europa organizarán lecturas, proyecciones y encuentros especiales.
Su regreso se inscribe en una tendencia más amplia, en cuado a la revalorización de la cultura pop de los 2000. En un contexto donde las redes sociales han convertido la nostalgia en un motor de consumo, la saga vuelve a ser rentable. Las reediciones, los reestrenos y la expansión transmedia responden a un público que busca revivir los relatos que marcaron su adolescencia.
Más allá del fenómeno comercial, este regreso plantea una reflexión sobre el romanticismo contemporáneo. Los temas de Meyer, la inmortalidad, el deseo contenido, la diferencia entre mundos; resuenan en una generación que vive entre lo real y lo virtual. Entre la conexión y el aislamiento.
A veinte años de su publicación, Crepúsculo ha pasado de moda juvenil a referente cultural. Su influencia se percibe en la literatura, el cine y la estética de internet. La historia de Bella y Edward no se desvanece; ha encontrado una nueva vida en el ecosistema digital. Cada otoño, renace con fuerza.
Y quizás ese sea el verdadero poder de la saga. Recordarnos que algunos amores, aunque ficticios, se niegan a morir. En la penumbra lluviosa de Forks, los vampiros de Meyer siguen brillando, ahora bajo la luz de millones de pantallas.