La Policía Nacional ha vuelto a encender las alarmas ante una nueva oleada de la conocida estafa del “hijo en apuros”. En las últimas semanas, los agentes han detectado un aumento de casos, especialmente en Galicia, con foco en A Coruña. Se trata de un fraude que apela a las emociones y a la confianza familiar, dos ingredientes muy potentes para manipular a las víctimas.
El método es siempre el mismo. Una persona recibe un mensaje por WhatsApp o SMS desde un número desconocido. Al otro lado, alguien se hace pasar por su hijo o hija. El mensaje comienza con una explicación convincente: el teléfono habitual está roto, perdido o sin batería. A partir de ahí, el supuesto familiar explica que se encuentra en un aprieto y necesita dinero de forma urgente. Puede ser para pagar una multa, una factura o un gasto imprevisto. Todo con tono desesperado y con una petición clara: hacer una transferencia inmediata.
Las víctimas suelen ser padres o madres que, ante la preocupación y la inmediatez del mensaje, no dudan en ayudar. La Policía advierte que los estafadores se apoyan en la “ingeniería social”, una técnica que explota la confianza y la empatía para conseguir que la persona actúe sin pensar demasiado. “Aprovechan la urgencia y el vínculo emocional para conseguir sumas importantes de dinero”, alertan los agentes.
La Policía Nacional insiste en que la prevención y la verificación son las mejores armas para frenar este tipo de fraude. Ante cualquier mensaje sospechoso, es fundamental mantener la calma y comprobar la identidad de quien escribe. Lo primero: intentar contactar con el hijo o hija por su número habitual o con algún familiar cercano. Si no es posible, se recomienda hacer una pregunta personal que solo el verdadero hijo podría responder.
Otra técnica útil es lanzar una “pregunta trampa”, como mencionar el nombre de un familiar inexistente para comprobar si el supuesto hijo cae en la confusión. Si la respuesta no cuadra, hay que cortar la comunicación de inmediato y avisar a la Policía.
Los agentes recuerdan que ninguna emergencia real se gestiona solo por mensaje y que los delincuentes buscan precisamente la reacción impulsiva. Por eso, ante cualquier duda, lo mejor es detenerse, comprobar y denunciar.
La estafa del “hijo en apuros” vuelve a circular, pero con información y prudencia, se puede frenar su avance. La Policía lo resume en una frase clara: “Desconfía, verifica y protege tu dinero.”