El mes de septiembre de 2025 se ha consolidado como el tercer septiembre más cálido a nivel global, alcanzando una temperatura media de 16,11ºC, es decir, 0,66ºC por encima del promedio registrado entre 1991 y 2020. Así lo revela el más reciente boletín climático del Servicio de Cambio Climático de Copernicus (C3S), publicado este jueves.
Según el informe, este septiembre fue 0,27ºC más frío que el récord histórico de 2023, y apenas 0,07ºC inferior al de 2024, lo que demuestra la continuidad del calentamiento global. En comparación con la era preindustrial (1850-1900), la temperatura del planeta fue 1,47ºC superior, una cifra que confirma la tendencia ascendente del clima mundial.
En Europa, la temperatura media alcanzó 15,95ºC, situándose 1,23ºC por encima del promedio del periodo 1991-2020. Esto convierte al pasado mes en el quinto septiembre más cálido registrado en el continente, muy cerca del cuarto puesto de 2018, con una diferencia mínima de apenas 0,04 ºC.
Las mayores anomalías térmicas se concentraron en la península escandinava, Carelia, Finlandia y Europa del Este, donde los termómetros marcaron valores muy por encima de lo habitual. En contraste, algunas zonas del oeste europeo experimentaron temperaturas ligeramente más bajas de lo normal, aunque la diferencia fue menor a un grado.
En cuanto a los océanos, la temperatura media mundial de la superficie marina fue de 20,72ºC, lo que la convierte en la tercera más alta jamás registrada en septiembre, solo 0,20 ºC por debajo del récord de 2023. En el Mediterráneo, las aguas se mantuvieron muy por encima de la media, especialmente en las zonas occidental y central, y se observaron valores récord desde el mar de Noruega hasta el mar de Kara.
El estudio también destaca un patrón irregular de precipitaciones. Durante septiembre, llovió más de lo habitual en el noroeste y centro de Europa, así como en la península escandinava, el este de España, Croacia e Italia. En algunos lugares, las intensas lluvias provocaron inundaciones y daños locales. En cambio, amplias zonas del sur y este del continente, incluida gran parte de la Península Ibérica, registraron un clima más seco de lo normal, reflejando los contrastes extremos del cambio climático actual.