El uso de cigarrillos electrónicos entre adolescentes está creciendo a pasos agigantados. Se calcula que alrededor de 15 millones de jóvenes de entre 13 y 15 años ya vapean en todo el mundo. En algunos países, los adolescentes tienen hasta nueve veces más probabilidades de vapear que los adultos. Esto refleja un cambio preocupante en los hábitos de consumo de nicotina.
Expertos alertan de que las industrias del tabaco están apuntando directamente a los más jóvenes. Los cigarrillos electrónicos se presentan como una alternativa menos dañina, pero en realidad están creando una nueva ola de adicción. Muchos adolescentes empiezan a consumir nicotina a una edad temprana, lo que podría deshacer décadas de avances en salud pública.
Algunos países han tomado medidas más estrictas. Donde se prohíbe la importación y el uso de estos productos, la prevalencia entre jóvenes es mucho menor. Sin embargo, en muchas regiones, los nuevos dispositivos de nicotina se venden sin suficiente regulación, dejando a los adolescentes vulnerables a la dependencia, según ha publicado Europa Press.
A pesar de este aumento en el vapeo juvenil, el número total de fumadores ha disminuido en las últimas décadas. Desde el año 2000, los consumidores de tabaco han pasado de 1.380 millones a alrededor de 1.000 millones en 2024. La reducción ha sido especialmente notable entre las mujeres, quienes han dejado el tabaco más rápido que los hombres.
Pero el progreso es desigual. Europa sigue siendo la región con mayor prevalencia de consumo de tabaco, y los hombres representan más del 80% de los fumadores actuales. La industria del tabaco ha respondido al descenso de consumidores con una avalancha de productos nuevos, incluyendo cigarrillos electrónicos, bolsas de nicotina y dispositivos de tabaco calentado.
Los especialistas coinciden en que la regulación es clave. Medidas como aumentar impuestos, prohibir publicidad y ofrecer ayuda para dejar de fumar pueden marcar la diferencia. También destacan la necesidad de cerrar lagunas legales que permitan a la industria dirigirse a los jóvenes.
Mientras tanto, millones de adolescentes siguen entrando en contacto con la nicotina a través del vapeo. El desafío es enorme, y el tiempo para actuar se acorta. La prevención temprana y políticas firmes podrían ser la única manera de evitar que esta nueva generación de vapeadores se convierta en una epidemia silenciosa de adicción.