Veraluz es un pueblo que tiende a ser feliz y a permanecer de esa manera para su concordia y progreso, pero las noticias que llegan por las mañanas no permiten que se alargue en el tiempo esa costumbre.
Sufrimos al comprobar que no se trata de opiniones contrarias, sino de cuchillos diferentes. Así los antitaurinos llaman asesinos a los toreros por pelear con animales que han nacido para eso y dejan en la arena blanda su casta y su hermosura. Se les llama intelectuales a cineastas que ofrecen películas históricamente convenientes. Gabriel Albiac, Escohotado, María Zambrano, Savater… nada tienen que ver con la hondura de sus pensamientos. A los que están a favor de la OTAN se les llama belicistas; en cambio, a la señora Belarra le basta con su picadora de carne en la cocina.
Aquí, todos saben de todo, contrariamente. Hasta un octogenario Expresidente de Gobierno manifiesta, desde su extensa sabiduría equivocada, que la Conferencia Episcopal no es quién para pedir elecciones anticipadas.
…El Paraíso será algo así como vivir en una isla donde un pañuelo blanco deshaga al amanecer las destemplanzas.
Pedro Villarejo