En una luminosa mañana del mes de mayo el cielo del Albayzin fue acariciado por los cálidos sones de las cuerdas de la Orquesta de Pulso y Púa del Conservatorio Profesional de Música «Ángel Barrios” bajo la dirección de Pilar Alonso, primera profesora de España de guitarra flamenca en un conservatorio. La orquesta está integrada por diferentes instrumentos de cuerda: bandurrias, laudín, laudes, guitarras, bajo laúd y percusión. Interpretados por alumnos y profesores del C.P.M. Ángel Barrios de Granada, componentes de la Orquesta de Laúdes Españoles “Velasco Villegas” de Baza y Orquesta de Plectro “Torre de Alfiler” de Vegas del Genil. El concierto tuvo lugar en el bello patio del Centro de Documentación Musical de Andalucía.
En unos tiempos en que se hace tan necesario tomar conciencia del papel de la mujer en el mundo de la interpretación y la composición musical encontrarnos con la batuta firme y precisa de Pilar Alonso es ya un buen augurio. Pilar nos ofreció una dirección enérgica e inspiradora, atenta a todos los matices de los instrumentos.
El timbre cálido de los instrumentos de pulso y púa conmovió la sensibilidad de todos los asistentes. Un público entregado que no podía resistirse a seguir el compás de las melodías. Y es que la calidez de las cuerdas de una orquesta de plectro tiene algo especial capaz llegar a todos los corazones.
Tras la suite de la película “Amelie”, la “Suite Mexicana” del maestro Eduardo Angulo, nos trajo melodías del nuevo mundo que envolvieron en alegres resonancias los arcos y columnas del patio. De esta suite destacaríamos su deliciosa serenata, capaz de atemperar el alma más atribulada. Tras ella contrasta una polka briosa y arrebatadora.
«Madrid » de Ricardo Sandoval es una pieza en la que confluyen el flamenco y el barroco según nos relata Pilar. Se trata de una obra muy exigente para la orquesta, de grandes contrastes rítmicos. Es una composición en la que el laúd adquiere un gran protagonismo.
Muy emotiva fue la interpretación de «Recuerdos de la Alhambra » de Tárrega que era la primera vez que escuchábamos en versión de una orquesta de pulso y púa. Y que se dedicó a las personas que un día habitaron y dieron vida al patio de vecinos en que nos encontrábamos.
No faltó la copla “Triana, Triana”, en la voz esplendida de Nieves Molina, redonda y llena de matices. Fue cuando las soledades trianeras se concitaron en una mañana en la que el pulso y la púa querían ser reconocidos como merecen en el camino del arte.
Para finalizar, la alegre copla “Ay, Mari Cruz” de Valverde, León y Quiroga dispuso los ánimos para el más arrebatador colofón.
Los aplausos entregados del público fueron correspondidos con una propina: la copla “María la Portuguesa” que cantara nuestro siempre recordado Carlos Cano.
Aunque hemos asistido a una gran interpretación de una orquesta de plectro, se da la paradójica circunstancia de que en el conservatorio “Ángel Barrios” (Guitarrista y músico que en su repertorio cuenta con obras para pulso y púa), no se imparten estas enseñanzas, tampoco en ningún otro conservatorio de Andalucía, aunque sí en algunos de otras comunidades autónomas. Ello es debido a que la actual legislación autonómica de Andalucía no reconoce a los instrumentos de púa entre su formación. Aunque se da la curiosa circunstancia de que antes de 2013 la legislación lo permitía. ¿Qué explicación puede ello tener sino la falta de voluntad o negligencia política? Deseamos desde aquí que estas enseñanzas tengan pronto el reconocimiento que merecen, y que estas palabras produzcan la necesaria toma de conciencia para cambiar esta inexplicable situación.
Fernando Mesquida Garrido: escritor, licenciado en psicología y Especialista en Psicología del Lenguaje. Autor de las novelas “El testamento de los ángeles”, “Un mar de rosa y oro” y “Luces de Bengala.