La dirección nacional del PP ha decidido intensificar su ofensiva contra Vox, tras el silencio de la formación de Santiago Abascal ante los nuevos aranceles anunciados por Donald Trump. Desde Génova consideran que esa “tibieza” erosiona el respaldo rural a Vox, especialmente en comunidades con fuerte peso del sector agrario. “El que no defiende a su país, se retrata”, apuntan fuentes populares.
A pesar de que PP y Vox mantienen abierta la negociación presupuestaria en regiones como Murcia y Aragón, los de Feijóo marcan distancias. “Una cosa es pactar partidas, otra renunciar a los principios”, sostienen en la dirección del partido, convencidos de que el electorado penalizaría a Vox si opta por tumbar los presupuestos. Recuerdan como precedente el rechazo de Monasterio a las cuentas de Ayuso, lo que desembocó en una mayoría absoluta para el PP en Madrid, según una inf0rmación de Europa Press.
El PP ha detectado, según sus encuestas internas, que el vínculo entre Vox y Trump empieza a pasar factura en zonas rurales. Por ello, prepara una agenda reforzada de actos con agricultores y ganaderos en los próximos meses. “Vamos a estar al lado del campo, de los que realmente sufren las consecuencias de los aranceles”, aseguran en Génova.
Alberto Núñez Feijóo ya ha lanzado duras críticas a Vox, acusándoles de mantener un “silencio cómplice” ante lo que considera “un ataque directo” a la economía española. “Nadie que se diga patriota puede justificar esto”, señaló el líder popular, que se reunirá este lunes con asociaciones afectadas por la guerra comercial abierta por Washington.
El endurecimiento del discurso incluye también dardos de otros altos cargos del PP. Cuca Gamarra calificó a Vox de “mayordomo de poderosos extranjeros” y criticó que “aplaudan bobaliconamente aranceles que arruinan a nuestros agricultores”. Por su parte, Elías Bendodo ironizó con la postura de Vox: “Es como estar a favor del Papa, pero en contra de la Iglesia”.