Hoy: 24 de noviembre de 2024
Las personas con esquizofrenia presentan un riesgo de muerte súbita por causas cardiovasculares más de cuatro veces superior al de la población general, aun sin haber desarrollado previamente una enfermedad cardíaca, según una investigación danesa liderada por Jasmin Mujkanovic del Departamento de Cardiología del Rigshospitalet Hjertecentret en Copenhague, y publicada en la revista Heart.
El estudio también revela que quienes padecen otras enfermedades mentales, como la depresión, enfrentan un riesgo de muerte cardíaca súbita cercano al doble que el de la población general, independientemente de su edad. Estos hallazgos sugieren que un joven de 18 años con problemas de salud mental podría vivir unos 10 años menos que una persona de su misma edad sin estas condiciones.
Hasta ahora, la evidencia científica apunta a un riesgo mayor de muerte cardíaca súbita entre jóvenes con enfermedades psiquiátricas, pero quedaba por determinar si dicho riesgo persiste a lo largo de la vida y si afecta de forma distinta según el tipo de trastorno mental.
Para abordar estas preguntas, el equipo analizó todas las muertes ocurridas en Dinamarca entre personas de 18 a 90 años durante 2010, utilizando datos de certificados de defunción y autopsias. Los trastornos mentales fueron definidos de acuerdo con la Clasificación Internacional de Enfermedades o mediante recetas de medicamentos psicotrópicos emitidas en el año previo.
En total, 45.703 personas fallecieron en Dinamarca en 2010, de las cuales 6.002 fueron muertes súbitas cardíacas: 3.683 en la población general y 2.319 entre individuos con trastornos mentales. Entre estos últimos, se observó una mayor incidencia de factores de riesgo como edad avanzada, mayor proporción de mujeres y condiciones de salud coexistentes, tales como enfermedades cardiovasculares, insuficiencia cardíaca, arritmias y diabetes.
En términos globales, el número de muertes súbitas cardíacas fue hasta 6,5 veces mayor en personas con problemas de salud mental en comparación con la población general, aunque esta brecha se reducía en los grupos de mayor edad. Sin embargo, ajustando por factores como edad, sexo y enfermedades coexistentes, la mala salud mental se asoció de forma independiente con un riesgo dos veces mayor de muerte súbita cardíaca.
Específicamente, el riesgo fue dos veces mayor para quienes padecían depresión, tres veces mayor para aquellos con trastorno bipolar y 4,5 veces superior para los diagnosticados con esquizofrenia. Los trastornos mentales también se relacionaron con un aumento significativo en la mortalidad general (casi tres veces más) y con una menor expectativa de vida.
Los investigadores estiman que un joven de 18 años con algún trastorno psiquiátrico podría vivir cerca de 10 años menos que alguien sin estas afecciones, alcanzando una media de 68 años en lugar de 78. Para una persona de 70 años, la esperanza de vida sería de 10 años adicionales, frente a los 14 años de la población general.
Hasta alrededor de los 40 años, la muerte cardíaca súbita explica aproximadamente el 13% de la brecha en la esperanza de vida entre quienes tienen problemas mentales y quienes no. A pesar de ser un estudio observacional que no establece causalidad, sus autores destacan la importancia de estas conclusiones.
Los investigadores señalan que las personas con trastornos psiquiátricos suelen adoptar hábitos de vida menos saludables, y los efectos secundarios de ciertos medicamentos, como el aumento de peso, pueden contribuir a desarrollar hipertensión y enfermedades cardíacas. Sin embargo, el hecho de que la relación entre trastornos mentales y muerte súbita cardíaca persista incluso tras ajustar estos factores sugiere que no solo las comorbilidades cardiovasculares explican este riesgo elevado, concluyen.