Hoy: 23 de noviembre de 2024
La natación paralímpica vive una jornada marcada por otra medalla de oro, la de un gran Íñigo Llopis, pero que dejó una nueva muestra más de lo que es capaz de hacer Teresa Perales, que alargó su leyenda con un bronce, su vigesimoctava en este evento, y mismo premio para María Delgado.
Sólo van transcurridos tres días de competición y la piscina está siendo una vez más la locomotora del Equipo Paralímpico Español, ya por encima de la decena de medallas, con los ansiados metales dorados apareciendo y ocho bronces de mucho valor. Este sábado fueron tres preseas, todas ellas con simbolismo y mucho trabajo detrás, y en la que un tercer puesto prácticamente le compartió el protagonismo, o incluso se lo pudo arrebatar por el condicionante emotivo, al segundo campeón nacional en La Défense. Todo ello con el apoyo una jornada más de SM la Reina Letizia.
Y es que Teresa Perales es seguramente el gran referente actual. Ella era la última de los finalistas españoles el día en saltar al agua y la que debía de completar el día que habían endulzado el oro de Íñigo Llopis y el bronce de María Delgado. Era su final, los 50 espalda que había preparado con mimo en su nueva clase, la S2 a la que ha tenido que bajar, con avatares respecto a su clasificación, y donde volvió a demostrar que en el agua se transforma en una auténtica animal competitiva.
Ni la edad, 48 años, ni los problemas físicos que le han obligado a reinventarse y a tener que aprender a nadar sólo con un brazo por sus problemas en el hombro izquierdo fueron obstáculos. En el momento en el que Darío Carreras la posó en el agua, Perales, pese a haberse mostrado relajada minutos antes saludando y sonriendo al cariño enviado desde la grada, mutó.
La nadadora aragonesa lo dio todo desde el principio y eso la hizo mantenerse en la pelea por el bronce, el premio que dejaban la imbatible singaporense Pin Xiu Yip, campeona, y la mexicana Haidee Viviana Aceves, plata. Quedaba un hueco en el podio y la zaragozana y la italiana Angela Procida lo pelearon hasta el mismísimo final. La española tocó la pared y pudo comprobar que lo había logrado, que era bronce por tan sólo dos centésimas y que por fin la Sirenita del Ebro alcanzaba al Tiburón de Baltimore.
La joven Anastasiya Dmytriv, de 16 años, había abierto el viernes la senda dorada en su prueba predilecta, los 100 metros braza SB8, y lo mismo hizo casi 24 horas después Íñigo Llopis en la suya, los 100 metros espalda S8. Su oro casi se daba por hecho, pero tenía que confirmarlo y el guipuzcoano, hijo de Luis Llopis, entrenador de porteros del Real Madrid, no falló para subir un escalón respecto a hace tres años en Tokio.
El de San Sebastián, de 25 años y que tiene como ídolo a un mito de la natación paralímpica como Richard Oribe, había dominado las series matinales y no dudó a la hora de pelear a por el oro. Campeón del mundo el año pasado, tenía que ser el mejor y lo fue, dominado la final con mucha autoridad y confianza, prácticamente desde su comienzo.
El guipuzcoano ya marchaba en primera posición en el ecuador de la prueba, pero por un escaso margen, seis centésimas, sobre el japonés Kota Kubota, pero los segundos 50 fueron demoledores desde que volvió a emerger en la superficie tras el giro. Fue abriendo brecha y fue también el más rápido en la segunda parte de la prueba para acabar ganando con un tiempo de 1:05.58, casi un segundo y medio por delante del nipón, mientras que el bronce fue para el israelí Mark Malyar, casi a dos segundos, toda una muestra de su superioridad.
Antes de ese éxito, había llegado ya el primero de la jornada en la piscina por medio de María Delgado, conquistadora de una medalla de bronce que premió el incansable trabajo que ha realizado durante este ciclo más corto de tres años, que afrontó después de haberse marchado de vacío de los Juegos de Tokio.
La aragonesa, que ha presentado en París su candidatura para formar parte del Consejo de Deportistas del Comité Paralímpico Internacional (CPI), había demostrado que podía luchar por las medallas en una prueba en la que había sido bronce en el pasado Mundial tras ser la tercera más rápida en las series matinales.
Con el oro aparentemente reservado para la brasileña María Carolina Gomes, como así fue, Delgado se prestaba preparada para luchar por la plata. De hecho, hizo el giro de los primeros 50 metros en la segunda posición provisional, pero sólo con siete centésimas sobre la ucraniana Anna Stetsenko, que tuvo mejor final para superarla con claridad. La española no se vino abajo, aguantó y tocó la pared con suficiente margen para saborear su vuelta a un podio paralímpico ocho años después de que en Río de Janeiro (Brasil) sumase dos bronces, uno en estos 100 espalda y otro en los 50 libre S12.
En el resto de finales en la piscina francesa no hubo demasiada suerte y la mejor posición, aunque muy lejos del podio fue el cuarto puesto de Ariadna Edo en los 400 libres S13, donde su compañera Emma Feliu fue quinta. Iván Salguero fue séptimo en los 400 libres S13, al igual que Miguel Ángel Navarro en los 50 espalda S1, y Alex Villarejo fue octavo en los 100 espalda S13.