Hoy: 10 de noviembre de 2024
París ofreció este miércoles una reivindicativa bienvenida a los deportistas paralímpicos que competirán desde este jueves 29 de agosto hasta el 8 de septiembre en la capital francesa, escenario donde el movimiento inició su particular revolución en una Ceremonia de Inauguración donde se apeló a la concordia, la aceptación y la inclusión, y donde los sueños de los 150 españoles que participarán fueron abanderados por Marta Arce y Álvaro Valera.
La judoca vallisoletana con discapacidad visual, ganadora de tres medallas en cuatro Juegos, y el jugador de tenis de mesa sevillano, poseedor de seis metales entre Sydney 2000 y Tokyo 2020, fueron los encargados de encabezar a la delegación nacional, que no estuvo al completo por la necesidad de algunos de sus componentes de descansar para sus respectivas competiciones.
Todos ellos desfilaron, acompañados por un mejor clima que en la inauguración de los olímpicos, por la imponente Avenida de los Campos Elíseos hacia la Plaza de la Concordia, ataviados con su original uniformidad, unos polos que en su parte frontal llevan la única obra del pintor malagueño Pablo Picasso dedicada al deporte.
El desfile tenía como punto final la Plaza de la Concordia, un nombre sobre el que giró el eje de esta apertura del evento, en la que sus creadores quisieron reivindicar la paradoja existente entre una sociedad que pretende ser inclusiva, pero sigue llena de prejuicios hacia las personas con discapacidad.
Una invitación a una reflexión sobre el camino a seguir y que tuvo como principales protagonistas a dos grupos que pasan de la discordia a la concordia, el nombre en castellano de esta simbólica plaza y un recuerdo a lo que pasó en la Revolución Francesa, una nueva y soñadora “Revolución de la Inclusión” como recalcaron Tony Estanguet, presidente de Paris 2024, y de Andrew Parsons, presidente del CPI.
A través de cinco segmentos artísticos y con 140 artistas, 16 con discapacidad, la ceremonia narró la historia de la Sociedad Estricta, resistente al cambio, y la Banda Creativa, representación de las personas con discapacidad que suponen el 15% de la población mundial.
Ellos, la música de Edith Piaf en una versión de su conocido Non, Je ne regrette rien (No, yo no me arrepiento de nada), un canto a la resiliencia y al aceptarse uno mismo tal y como es, versionado por Christine and the Queens, y el exnadador paralímpico francés Théo Curin, encargado, tras bajar de su peculiar taxi forrado de peluches de Phryges, la mascota de París 2024, de dar la bienvenida a París y el inicio de la fiesta bajo la atenta mirada del Obelisco de la Plaza de la Concordia.
Tras el largo parón por el desfile de las 168 delegaciones presentes en estos Juegos, todo un récord, y donde las mayores ovaciones, aparte de la anfitriona Francia, encargado de cerrarlo, fueron para el Equipo Paralímpico de Refugiados, que contará con ocho deportistas en seis deportes (atletismo, halterofilia, tenis de mesa, taekwondo, triatlón y esgrima en silla), Palestina y Ucrania, dos países que atraviesan una difícil situación bélica.
A partir de ahí, prosiguió el viaje de la ceremonia hacia una sociedad inclusiva, con un tramo que narró el complejo proceso de aceptar una discapacidad hacia una nueva confianza hacia el cuerpo, y que fue provocando el paulatino cambio de mentalidad en el grupo de la Sociedad Estricta.
Tras los discursos y la apertura oficial del evento por parte de Enmanuel Macron, presidente de la República de Francia, se produjo la entrada de la bandera del Movimiento Paralímpico, portada por el británico John McFall, medallista paralímpico y primer astronauta con discapacidad en unirse a la Agencia Espacial Europea, y posteriormente la de la llama paralímpica y la llegada definitiva de la concordia.
Como hace unas semanas en los Juegos Olímpicos, el tramo final del relevo de la antorchar y el encendido del pebetero pusieron el cierre a la fiesta. El nadador olímpico Laurent Manadou, Stephane Houdet, laureados deportistas paralímpicos, como Oksana Masters y Markus Rehm, y leyendas del deporte paralímpico francés como Assia El Hannouni fueron algunos de sus primeros relevistas finales.
El triatleta Alexis Hanquinquant y la atleta Nantenin Keïta fueron los penúltimos a los que esperaban al pie del lugar Charles-Antoine Kouakou, la nadadora Elodie Lorandi y el jugador de tenis de mesa Fabien Lamirault. Tres hombres y dos mujeres que formaron un grupo que para los organizadores representa el nivel deportivo y la diversidad de las discapacidades y que firmó el siempre emotivo momento de la Ceremonia de Inauguración con la medianoche acechando ya a una París que a partir de este jueves será el epicentro del deporte para personas con discapacidad.