Hoy: 27 de noviembre de 2024
Agentes de la Guardia Civil cuentan los dientes de una serpiente para salvar la vida de una persona. Los hechos ocurrieron al final del mes de junio, cuando un individuo entró en un hospital tras recibir una mordedura de serpiente, desconociendo si el reptil era venenoso, según informan fuentes oficiales.
El paciente, como medida de precaución, logró atrapar al animal, llevándoselo consigo al hospital para asegurarse si podría servir de ayuda a los sanitarios, para saber que tratamiento tratar en caso de ser necesario.
El personal del hospital, solicitó inmediatamente apoyo telefónico urgente al 062. Para ello, solicitó una patrulla del SEPRONA con el objetivo de conocer si la serpiente era venenosa y existía riesgo para el paciente.
Tras contacto telefónico con la Guardia Civil, el personal sanitario remitió varias fotografías del reptil a los agentes, las cuales fueron reenviadas a un experto para identificar la especie con las máximas garantías posibles.
El experto afirmó que se trataba de una serpiente de Herradura, por tanto, no venenosa. También advirtió un matiz importante a los agentes. La serpiente Herradura suele tener los dientes muy finos, y de haberse introducido uno de ellos en el torrente sanguíneo del paciente al producirse el mordisco, podría suponer un grave riesgo para su salud.
Ante ello, con el objetivo de asegurar que el paciente estaba fuera de peligro, los agentes se desplazaron a toda prisa hacia hospital, recogiendo a la serpiente con el objetivo de ser examinada y contar uno por uno todos los dientes del reptil.
Para ello, la serpiente fue trasladada al parque zoológico Mundo Park Las Pajanosas, mostrando los agentes a la serpiente al director del zoo, experto en la materia, el cual, junto a los agentes, verificaron cada uno de sus dientes, pacientemente ante la gran resistencia del animal.
Con estos datos, la patrulla de SEPRONA de la Guardia Civil, puso en conocimiento del equipo sanitario que el paciente no corría ningún riesgo por la naturaleza no venenosa de la serpiente y que, aparentemente, tenía todos sus dientes intactos, lo que eliminaba el riesgo de peligrosidad de entrar el colmillo en el torrente sanguíneo del paciente.