Hoy: 24 de noviembre de 2024
La tasa de criminalidad de México es pavorosa. Con una media de 120 asesinatos diarios, fines de semana con hasta 250 muertes y unos 50.000 desaparecidos al año, el país azteca atesora el descrédito de haber alcanzado, en proporción a sus cerca de 130 millones de habitantes, el Everest de la delincuencia mundial.
Nunca antes México registró tantísima inseguridad y desprecio a la vida. El país ha asistido a un sexenio presidencial -que expirará el 2 de junio próximo en las urnas- en el que hoy despierta hilaridad el demagogo eslogan que abanderó el mandatario comunista Andrés Manuel López Obrador (Amlo).
A las puertas de las nuevas elecciones, la estulta y utópica candidez de Amlo con su promesa electoral de que vencería “los balazos con abrazos” se ha convertido hoy en un mal chascarrillo con decenas de vidas que sucumben al plomo diario, cinco óbitos cada 60 minutos.
Asusta el México que deja Amlo, que no concurre a las elecciones, pero deja delfín. El de los abrazos fue uno de esos reclamos que se inventó para atraer votos -y de camino miseria- en esos tiempos de pre-urnas en los que, como decía el unificador de Alemania Otto Von Bismarck, se miente más que nunca.
Amlo deja, también, un desbocado endeudamiento público que soliviantará a las futuras generaciones, y lo que es aún más sangrante: obras faraónicas de 36.000 millones para el tren Maya, conocido ahora como el tren Falla. Con ruinosas obras y vías que conducen a la nada en un país donde se conjugan con fuerza castas y clases, con pobres de solemnidad y ricos muy ricos. Y donde ahora acecha la diáspora de una riqueza, por pura inseguridad jurídica y física, que anhela y busca libertad en otras plazas, huyendo del desgobierno comunista de López Obrador.
Hartos de frivolidad e inseguridad, los mexicanos, mayoritariamente católicos, han decidido clamar ya al Cielo, al Arcángel san Miguel, al Ángel de la Paz, también comandante de las milicias de Jesús, para que espante el mal -drogas, balaceras, muerte…- de sus calles. Tan es así, que el domingo 26 de mayo, durante la celebración de una misa, México será consagrado al Arcángel en la parroquia de San Agustín, en la cosmopolita Polanco (Ciudad de México). A las dos de la tarde.
El apego de san Miguel por México, y viceversa, no es nuevo: ya en 1631 el Arcángel descendió al país para aplastar la ira demoniaca que había anidado en varias aldeas. Como la que hoy siembra de destrucción, muerte y escalofrío amplias zonas del país.