Hoy: 23 de noviembre de 2024
La Sociedad Española de Neurología (SEN) estima que entre un 20 y un 48% de la población adulta experimenta en algún momento dificultad para iniciar o mantener el sueño. En al menos un 10% de los casos, esto se debe a algún trastorno crónico y grave del sueño. Sin embargo, el doctor Emilio Gómez, responsable de la Unidad del Sueño del Hospital Universitario Ruber Juan Bravo, asegura que “la mayoría de los trastornos del sueño son prevenibles y/o tratables”.
En el marco del Día Mundial del Sueño, que se celebra el 15 de marzo, el especialista destaca la importancia de obtener un diagnóstico en una unidad especializada de Medicina del Sueño si la dificultad para dormir afecta de forma persistente al descanso nocturno y tiene repercusiones en la actividad diaria o la calidad de vida.
“Uno de los principales problemas es el alto porcentaje de trastornos sin diagnosticar, lo que genera un círculo vicioso: si no se diagnostica, no se trata, y si no se trata, existe el riesgo de que empeore o se vuelva crónico, siendo más difícil de tratar”, señala Gómez.
Los expertos recomiendan no recurrir como primera opción al consumo de suplementos cuya seguridad y eficacia no están probadas. En su lugar, la actuación adecuada implica identificar si se padece un trastorno del sueño o una enfermedad que lo cause, y determinar qué tipo de intervención se necesita.
El tratamiento variará según el problema y sus causas, combinando a menudo tratamientos médicos con consejos sobre higiene del sueño e incluso psicoterapia dirigida al insomnio.
En cuanto a los tratamientos farmacológicos, Gómez destaca la existencia de múltiples opciones, incluyendo nuevos fármacos aprobados recientemente (en 2023), evitando la dependencia de las benzodiacepinas, que constituyen un problema de salud pública en España.
Además, señala que existen tratamientos más naturales, como la melatonina, recetada y supervisada por un especialista. Sin embargo, destaca que no todos los tratamientos son adecuados para todas las personas y que es fundamental individualizarlos tras un correcto diagnóstico desde Atención Primaria y en colaboración con una Unidad del Sueño.
Por otro lado, Gómez advierte que no solo el insomnio puede afectar la calidad del sueño, sino que también existen otras patologías asociadas que requieren un abordaje específico, como las apneas del sueño, el bruxismo o las piernas inquietas. Cada una de estas condiciones demanda un tratamiento individualizado y especializado.
El excesivo uso de las redes sociales y la tecnología, especialmente antes de dormir, así como el horario televisivo nocturno y las actividades sociales tardías, pueden contribuir a robarle tiempo al descanso nocturno y provocar cansancio durante el día, advierte el experto.
En resumen, el Día Mundial del Sueño nos recuerda la importancia de prestar atención a nuestra calidad de descanso y de abordar adecuadamente cualquier trastorno del sueño que podamos experimentar, buscando siempre la orientación de profesionales especializados en el tema.