Hoy: 22 de noviembre de 2024
La embarcación propiedad de Andy, el hijo del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), y su socio Amílcar, se ha convertido en el nuevo epicentro de otro escándalo sobre las misteriosas relaciones entre las aduanas y la denominada práctica del coyotaje en México.
Asimismo, se ha descubierto que el diesel utilizado en la nave se transforma en aceite para evadir el pago de impuestos, por medio a un lucrativo negocio que se ha llevado a cabo bajo la aparente indiferencia de las autoridades.
La trama, que parece involucrar la gestión del primer Administrador y el General de Aduanas del Gobierno actual, ha desencadenado preocupación en el país azteca. Las conexiones entre el mundo del transporte marítimo y las aduanas señalan una complicidad arraigada en los altos funcionarios gubernamentales.
Se destaca que incluso la exjefa del Servicio de Administración Tributaria (SAT) está involucrada. Esto ha provocado un incremento en las renuncias, quejas y nombramientos cuestionables desde la institución gubernamental.
En ese mismo orden, el escándalo ha destapado no solo las prácticas ilícitas sino también una red de corrupción que ha operado impunemente durante años. Las autoridades competentes tienen el reto de esclarecer los vínculos entre el Gobierno y este negocio millonario que ha operado bajo sus narices.
Los ciudadanos y opositores políticos exigen una investigación exhaustiva y transparente para determinar la responsabilidad de los involucrados en esta trama que socava la confianza en las instituciones del Gobierno de López Obrador.
La sociedad observa con atención como este escándalo pone a prueba la capacidad del Gobierno para abordar la corrupción en sus propias filas y restablecer la integridad en las instituciones encargadas de salvaguardar el interés público.