Hoy: 22 de noviembre de 2024
La detección de un cáncer al rey Carlos III ha obligado en Reino Unido a desempolvar los protocolos establecidos dentro de la Casa Real sobre bajas temporales e incluso las relativas a la sucesión, bajo la premisa de que, independientemente de lo que le ocurra a quien esté sentado en el trono, el funcionamiento institucional debe continuar.
El Palacio de Buckingham anunció el lunes por la tarde en un comunicado que los médicos habían diagnosticado de cáncer al rey durante un tratamiento por un problema de próstata. No aclaró de qué tipo de cáncer se trata, aunque sí ha confirmado que durante un tiempo el monarca no participará en actos públicos.
En principio, continuará con labores de despacho, lo que no debería generar inconvenientes para asuntos administrativos como la promulgación de leyes o las reuniones regulares que el monarca sostiene con el primer ministro, habitualmente los miércoles en Buckingham.
La Reina Camila sí seguirá asistiendo a actos públicos, lo que le dejará durante un tiempo aún por determinar como principal figura de la Casa Real británica de cara a los ciudadanos. No se trata en cualquier caso de una sustitución temporal de las funciones propias del rey, una posibilidad que sí se contempla para determinadas situaciones.
Así, llegado el caso de que el rey no pudiese desarrollar las labores oficiales que le corresponden, otros miembros de la familia podrían ser designados consejeros de Estado para actuar en su nombre. Entre los potenciales sustitutos figuran, además de la reina, el príncipe Guillermo de Gales, la princesa Ana y el príncipe Eduardo, estos dos últimos hermanos de Carlos III.
En caso de abdicación o fallecimiento del Rey, la corona pasaría directamente a su primogénito, el príncipe de Gales, al igual que sucedió tras el fallecimiento de la reina Isabel II en septiembre de 2022.
Por detrás del príncipe Guillermo, en la línea de sucesión figuran sus tres hijos, empezando por el príncipe Jorge. Dado que se trata de menores de edad sin descendencia, el quinto lugar lo ocupa el príncipe Enrique, seguido de sus dos hijos, pese a que el hijo pequeño de Carlos III lleva ya varios años alejado de cualquier labor formal, como miembro de la familia real británica.