En una semana marcada por dos grandes golpes al crimen organizado, fuerzas de seguridad españolas han logrado liberar a 20 mujeres víctimas de trata de seres humanos con fines de explotación sexual en Bizkaia, Cantabria y Tenerife. Detrás de ambas tramas se encontraban clanes familiares que operaban con roles claramente definidos y estructuras bien organizadas. según una información publicada en Europa Press.
La Guardia Civil, en el marco de la operación “Bildalketa”, liberó a nueve mujeres que eran obligadas a prostituirse las 24 horas del día en pisos de Barakaldo (Bizkaia) y Castro Urdiales (Cantabria). Vivían en habitaciones con literas, bajo constante vigilancia por cámaras, y en condiciones insalubres.
Las víctimas, originarias de Colombia, Bolivia, Venezuela, Paraguay y España, eran controladas por un matrimonio y sus hijos, quienes gestionaban tanto el transporte como los cobros de los “servicios”. Incluso, siete mujeres del mismo grupo criminal vigilaban los turnos de las víctimas, que trabajaban sin descanso.
Durante los registros realizados en mayo, se incautaron más de 20.000 euros, teléfonos móviles, drogas (incluyendo cocaína y pastillas de sildenafil) y documentación relacionada con la explotación.
Los siete detenidos y tres investigados enfrentan cargos por trata de seres humanos, prostitución coactiva, delitos contra la salud pública, blanqueo de capitales y pertenencia a grupo criminal.
Paralelamente, la Policía Nacional desmanteló otra red en Santa Cruz de Tenerife y La Laguna, liberando a once mujeres víctimas de trata y prostitución forzada. Todo comenzó con la denuncia de una mujer que, al igual que otras, fue atraída con la promesa de un trabajo y ayuda para obtener la residencia en España.
Una vez en la isla, eran alojadas en pisos gestionados por el clan familiar, donde se les retenían los pasaportes y eran forzadas a prostituirse. Los miembros del grupo cumplían funciones específicas: captación, transporte, alquiler de viviendas y control diario de la actividad sexual.
En la operación se realizaron cinco registros domiciliarios y se detuvo a cinco personas, todas ellas integrantes del mismo clan. En total se recuperaron más de 10.000 euros en efectivo, 6.620 dólares, terminales móviles, cámaras de vigilancia y ordenadores.
Los detenidos fueron puestos a disposición judicial y han ingresado en prisión provisional.