El uso de vapeadores, popularizado como una alternativa “segura” al tabaco, no está exento de riesgos serios para la fertilidad. Así lo advierte Federico Merino, ginecólogo y director de IVI Málaga, quien alerta que la nicotina y otros compuestos tóxicos presentes en estos dispositivos afectan directamente la salud reproductiva, incluso en jóvenes, según una información publicada en Europa Press.
Con motivo del Día Mundial Sin Tabaco, Merino subraya que la exposición continuada a estos compuestos impacta en varias fases del ciclo reproductivo. En las mujeres, puede reducir la actividad ovulatoria, dañar los folículos ováricos y dificultar la implantación embrionaria. Además, acelera la pérdida de reserva ovárica y aumenta el riesgo de menopausia precoz, afectando tanto a fumadoras activas como pasivas.
Durante la gestación, los vapeadores también representan un riesgo. Se asocian a complicaciones como el parto prematuro y la restricción del crecimiento fetal, que puede derivar en bebés con bajo peso al nacer.
En los hombres, la nicotina compromete la calidad y movilidad de los espermatozoides, y puede provocar daños en su ADN, aumentando la probabilidad de mutaciones en la descendencia.
Especialmente preocupante es su popularidad entre los jóvenes de 15 a 24 años, el grupo con mayor prevalencia de uso según la Encuesta EDADES 2024. En las chicas, la nicotina acelera la disminución de la hormona antimülleriana (AMH), un indicador crucial de la reserva ovárica.
“Es vital crear conciencia desde edades tempranas sobre los efectos del vapeo para construir una sociedad más saludable”, concluye Merino.