¿Alguna vez te preguntaste si lo que comes puede reflejarse en tu piel? La mayoría de las personas piensa primero en cremas o tratamientos, pero la alimentación juega un papel fundamental. La genética influye, claro, pero no es todo. Florencia Peláez, licenciada en Nutrición, explica que podemos hacer mucho para mantener nuestra piel sana y radiante.
Desde que nacemos, nuestra piel es flexible y resistente. Con el paso del tiempo, pierde parte de esa capacidad de regenerarse. Sin embargo, lo que comemos puede marcar una gran diferencia. Estudios recientes muestran que existe una relación directa entre la dieta y el envejecimiento de la piel.
“El intestino humano alberga microbios que ayudan a mantener un equilibrio con la piel. Si esta relación se altera, pueden aparecer problemas como acné, psoriasis o dermatitis atópica”, comenta Peláez. Por eso, cuidar lo que comemos no solo beneficia nuestra salud interna, sino también nuestra apariencia externa, según publica El Diario de Cuyo.
Para lograr una piel más sana, la especialista recomienda enfocarse en alimentos ricos en antioxidantes. Frutas y verduras de diferentes colores son ideales: naranjas, rojas, verdes y moradas aportan vitaminas y compuestos que protegen la piel. Además, incluir grasas saludables como los omega-3 presentes en pescado, nueces y semillas ayuda a mantener la piel hidratada y flexible.
Vitaminas como la A, C y E son esenciales. El huevo y el hígado de pescado aportan vitamina A; los cítricos, tomates y brócoli, vitamina C; y las nueces o el aceite de oliva virgen extra, vitamina E. Limitar alimentos procesados y azúcar es clave, ya que estos contribuyen a la inflamación y pueden agravar problemas como el acné.
Peláez también advierte sobre los alimentos de alta carga glucémica, como refrescos, dulces y productos ultraprocesados. “Pueden elevar la insulina y generar inflamación, afectando la piel y acelerando el envejecimiento”, dice. Los lácteos también requieren atención: la leche puede estar relacionada con el acné, mientras que el yogur y el queso suelen ser más seguros.
Por último, recuerda que una buena alimentación debe formar parte de un estilo de vida saludable. Dormir bien, hacer actividad física y manejar el estrés complementan los beneficios de una dieta equilibrada. La piel refleja lo que comes, pero también cómo vives. Con pequeños cambios diarios, es posible mantenerla radiante y saludable durante más tiempo.