Los proyectos de purines autorizados en La Calahorra causarán daños en la comarca en un plazo de dos a tres años, además del riesgo por deflagración del biogás
¿Saben los dirigentes políticos que las macrogranjas de cerdos y la plata de biogás que se han autorizado en La Calahorra (Granada) suponen riesgos gravísimos para la población y el medioambiente de la zona, y que en el caso más que probable de ocurrir problemas estaríamos hablando de delitos penales? La pregunta se la hace el ingeniero Antonio Pastor Sánchez, quien sostiene que quiere pensar que los permisos se han dado por las administraciones local y autonómica fruto de la ignorancia.
Pastor se ha pasado los últimos meses trabajando detalles técnicos y científicos y amasando documentación de lo que supone plantar en el municipio de La Calahorra dos macrogranjas de cerdos con capacidad para casi 5.000 animales y una planta de biogás. Para ello, se ha entrevistado con expertos en la materia, como geólogos, sobre las características del terreno previsto para estos proyectos, y ha recopilado abundante material informativo de la experiencia que existe ya en el resto del país y en Europa sobre instalaciones de este tipo.
Todo son inconvenientes
El resultado es alarmante porque advierte que de seguir adelante con las macrogranjas y la planta de biogás la contaminación del acuífero de la comarca accitana se irá extendiendo como una mancha que se extenderá desde el Marquesado hasta la Hoya de Guadix en un plazo de dos a tres años. “Cuando tengo conocimiento de lo que se quiere hacer he querido profundizar para conocer las ventajas e inconvenientes de estas macrogranjas y la planta de biogás, y no he encontrado ni un solo motivo que hable de la bondad de estos proyectos”, declara Pastor.
Este experto no tiene duda y alerta de que a medio plazo, entre ocho y diez años, si los proyectos van adelante estaríamos hablando de un problema de gravedad superior a 8 en una escala de 10, como se ha demostrado en todos los sitios donde se han instalado macrogranjas de cerdos o plantas de biogás, y anima a preguntar a los vecinos y al alcalde de Campillos, donde ya hay instalaciones de la misma empresa que pretende montarse en La Calahorra, o en Aragón y Cataluña.
Terrenos muy permeables y porosos
El estudio que ha elaborado y que ha presentado ya a los vecinos de La Calahorra y este jueves a los de Guadix en actos públicos, recalca que los terrenos afectados son muy permeables de manera que cualquier vertido contaminante o difuso pasa al acuífero de manera inmediata.
Están además los riesgos en materia de seguridad de las plantas por accidentes, que han ocurrido ya en países como Alemania y también en España. En el caso alemán han ocurrido dos vertidos de 350.000 litros de purines y otro de 4 millones con daños ambientales muy graves.
Advierte además del enorme error que comete la Administración al permitir estos proyectos y aclara que la necesidad de una nueva tecnología no puede implicar una decisión política irracional. El problema en La Calahorra es que van a llegar más de 100.000 toneladas con residuos contaminantes que necesitarán el transporte desde distintas provincias con 10.000 camiones, o lo que es igual: en la planta de biogás descargará un camión cada 22 minutos 250 días al año. “Parece una obviedad que lo que queremos evitar por un lago lo perdemos cuando ponemos en la carretera este volumen de tráfico”, asevera.
Proyecto sí, pero en lugares adecuados
“Yo como ingeniero no me opongo a proyectos que puedan útiles para renovar energías o el desarrollo social, pero hay que hacerlo con los estudios e informes que eviten problemas y en las zonas adecuadas”, señala Pastor.
Y agrega: “Lo que no se puede hacer es poner encima de un acuífero con una de las aguas de mayor calidad de España por sus propiedades mineromedicinales con más de 30 hectómetros cúbicos desde La Calahorra a Guadix”, indica este ingeniero, quien recuerda que en estas plantas ya se han producido accidentes como explosiones o deflagraciones y en este caso el vertido almacenado iría directamente al acuífero.
Antonio Pastor lamenta que decisiones tan importantes estén en manos de políticos sin formación que ignoran las recomendaciones técnicas. “He mantenido reuniones con dirigentes políticos que han rehusado hablar de la planta de biogás y han impuesto silencio a los técnicos dando por hecho que se trata de algo aprobado y punto. Se están dando permiso sin los estudios necesarios y si ocurre una catástrofe las responsabilidades son penales”.
Escaso valor añadido
Existe además un problema añadido, que en su opinión es apostar en España por desarrollos como las granjas porcinas, de escaso valor añadido y muchos inconvenientes, cuando en Europa se están dejando atrás. En España se necesitarían 10 millones de cerdos para el consumo nacional y se va a llegar a 100 millones que nos dejará toneladas de inmundicia -entre cinco y siete litros de purín diarios por cerdo- que no compensan en cifras de economía productiva.
Para concluir lanza una reflexión: si el problema que tenemos es la falta de agua ¿podemos permitirnos el lujo de poner el riesgo un acuífero como este? Pastor pide que se piense con calma desde la Junta de Andalucía y recuerda que solo una planta de envasado de agua crearía más puestos de trabajo que las macrogranjas y la planta de biogás.