Por el Día Mundial de la Obesidad, que se conmemora cada 4 de marzo, el doctor Javier Ampuero, médico adjunto del Servicio de Aparato Digestivo del Hospital Universitario Virgen del Rocío (Sevilla) y experto de la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD), destaca la relación bidireccional entre la obesidad y el hígado graso, señalando que la obesidad suele ser la causa principal de esta afección hepática.
El doctor Ampuero advierte que es difícil separar ambas condiciones, ya que las personas con obesidad tienen una mayor predisposición a desarrollar enfermedades hepáticas, muchas veces debido a otros factores como el consumo de alcohol y alteraciones metabólicas. Esta relación se manifiesta en un aumento significativo de casos en los que la cirrosis, el cáncer de hígado y la necesidad de trasplantes están vinculados a estas enfermedades.
Aunque el hígado graso no presenta síntomas definidos hasta etapas avanzadas, es crucial concienciar a la población sobre su prevención y manejo. El doctor destaca la importancia de adoptar un estilo de vida saludable, haciendo hincapié en la actividad física con un mínimo de 8.000 pasos diarios y una dieta controlada en calorías, que incluya alimentos como frutas, verduras y pescado, mientras se limita el consumo excesivo.
En cuanto al tratamiento, se enfatiza la necesidad de intervenir en el estilo de vida para mejorar ambas condiciones. Además, se mencionan ensayos clínicos en desarrollo que apuntan a tratamientos como medicamentos antidiabéticos, que no solo promueven una pérdida de peso significativa, sino que también reducen la inflamación hepática.
El doctor Ampuero concluye destacando la importancia de concienciar a la población sobre el riesgo de desarrollar enfermedades hepáticas debido a la obesidad, subrayando que esta situación es prevenible con cambios en el estilo de vida.