Los tratamientos más comunes incluyen medicamentos, fisioterapia y programas de ejercicio en casa
Una investigación pionera publicada en ‘The Journal of Head Trauma Rehabilitation‘ (JHTR), la revista oficial de la Brain Injury Association of America, arroja luz sobre la persistencia del dolor crónico en personas con traumatismo craneoencefálico (TCE). El estudio, liderado por Cynthia Harrison-Felix del Hospital Craig en Englewood, Estados Unidos, demuestra que este dolor afecta al 60% de los pacientes, incluso décadas después de la lesión.
Cynthia Harrison-Felix, codirectora del Proyecto del Sistema Modelo de TCE, comenta: “Este es el primer estudio que examina la experiencia del dolor crónico en una muestra grande de TCE tan lejos después de la lesión”. Los resultados sugieren que el dolor crónico puede interferir tanto con la recuperación inicial como a largo plazo, destacando la necesidad de una evaluación proactiva y tratamiento.
Descubren una alta incidencia de dolor crónico
Los investigadores realizaron encuestas a 3.804 pacientes del TBI Model Systems, un programa de investigación que abarca 18 centros de rehabilitación estadounidenses. Estos pacientes, hospitalizados por un TCE moderado a grave, revelaron que el 46% experimenta dolor crónico actual, el 14% sufría dolor crónico pasado y el 40% no informó de dolor crónico.
Los participantes con dolor crónico actual mostraron peores resultados en medidas de independencia funcional, valoración de la discapacidad y resultados ampliados de Glasgow en comparación con aquellos sin dolor crónico.
El 3,2% con dolor crónico actual declararon tener dolor constante
De aquellos con dolor crónico actual, el 32.5% informó tener dolor constante. Los tratamientos más comunes incluyeron medicamentos, fisioterapia y programas de ejercicio en casa. Sin embargo, la rehabilitación integral del dolor crónico fue el tratamiento menos frecuente, sugiriendo un posible problema de acceso.
Los investigadores resaltan que el dolor crónico debe evaluarse y tratarse junto con otros trastornos neurocognitivos y neuroconductuales, concluyendo que “la presencia de dolor crónico después de un TCE está lejos de ser benigna”. Estos hallazgos subrayan la importancia de abordar el dolor crónico de manera integral para mejorar la calidad de vida de aquellos que sufren secuelas de traumatismos craneoencefálicos.