Hoy: 2 de diciembre de 2024
Un estudio, liderado por el Hospital del Mar de Barcelona, ha concluido que las mujeres tienen un mayor riesgo de experimentar dolor crónico después de una cirugía en comparación con los hombres, aunque tienden a adaptarse mejor a estas molestias en el tiempo.
Este hallazgo ha sido publicado en la revista Journal of Cardiothoracic and Vascular Anesthesia y se basa en datos de 96 mujeres y 137 hombres que se sometieron a una toracotomía – una cirugía abierta en la caja torácica – en diez hospitales españoles entre 2017 y 2019.
El doctor Antonio Montes, jefe de la Unidad del Dolor del Hospital del Mar e investigador del Instituto de Investigación Hospital del Mar, explicó que el género influye en el riesgo de dolor crónico posquirúrgico, pero que esta diferencia no se debe a factores genéticos u hormonales.
“La situación de partida del paciente antes de la cirugía es un factor determinante en la aparición de dolor crónico”, explicó Montes. En el caso de las mujeres, muchas presentan un estado previo más desfavorable que los hombres, con una mayor propensión al dolor, una menor calidad de vida y un componente depresivo más alto.
Un mes después de la intervención, el estudio halló que el 53% de las mujeres había desarrollado dolor crónico posquirúrgico, en contraste con el 38% de los hombres. Además, las mujeres tendían a presentar molestias en otras áreas del cuerpo antes de la cirugía y una mayor desconfianza en los posibles resultados de la intervención.
Sin embargo, Montes destacó que, a pesar de estas condiciones desfavorables, las mujeres suelen adaptarse mejor al dolor crónico que los hombres. Aunque el dolor se vuelve crónico con mayor frecuencia en ellas, su capacidad de soportarlo y adaptarse a la nueva situación es superior.
Este trabajo refleja también cómo las patologías pulmonares, derivadas del consumo de tabaco, están aumentando en las mujeres, lo que ha llevado a un incremento de este tipo de intervenciones en la población femenina.
Los hallazgos de este estudio podrían impulsar un enfoque más personalizado y sensible al género en el tratamiento del dolor posquirúrgico, tomando en cuenta las condiciones previas de cada paciente para mejorar su bienestar postoperatorio.