Hoy: 23 de noviembre de 2024
En la cárcel, aunque lo pueda parecer, el preso, no tiene libertad de movimientos, no se puede mover, desplazar por donde quiera. Los movimientos de los presos están limitados al espacio físico de su módulo. Hay módulos grandes, de 72 celdas, con un gran patio y dependencias como biblioteca, aula, taller, gimnasio, etc., y hay módulos pequeños, incluso de tan solo dos celdas.
El tiempo que se pasa en dicho espacio discurre de esta manera aproximada, ya que pueden existir cambios, dependiendo de las cárceles, de los módulos y si el preso en cuestión tiene o no asignado un destino o trabajo.
.- 7:50 Recuento.
.- 8 u 8:30 Apertura de celdas, dependiendo de varios factores. A esta hora, los presos deben abandonar sus celdas y bajar a las zonas comunes, al módulo. Bajas con una bolsa o mochila con lo necesario para pasar la mañana: ropa de deporte, libros, cuaderno, bolígrafo, cubiertos y vaso para la comida, etc., ya que hasta después de comer no vuelven a abrir las celdas.
.- 8:30 Desayuno
.- Hasta las 13 horas, el preso dedica el tiempo a lo que quiera. Dar vueltas al patio o pasear por el patio de una pared a otra. Otros hacen algo de deporte. Otros estudian. Otros escriben cartas. Salvo los que han sido agraciados con un destino, el resto no tiene nada que hacer.
.- 13:00 Comida
.- 13:45 subida a celdas.
.- 14:00 recuento y cierre de celdas.
.- 16:30 Apertura de celdas y bajada al módulo.
.- 19:45 Cena.
.- 20:15 Subida a celdas
.- 20:30 cierre de celdas y recuento.
En definitiva, el preso en España se pasa de media 14,5 horas encerrado en su celda, y las otras siete y media dando vueltas al patio.
Dependiendo de la cárcel a la que te manden, puede existir algún tipo de actividad programada, como salidas al polideportivo o al campo de futbol, si lo hay. Hay asociaciones que nos llevan a ver alguna película al cine de la cárcel, también organizan cursos de lectura o de idiomas.
Los días en la cárcel son todos iguales. No se diferencian en nada. Un lunes es igual que un sábado y un martes es igual que el día de Navidad. El mismo horario y el mismo tratamiento: dar vueltas al patio de la cárcel.
Lo único que he aprendido en mi estancia en la cárcel es a vaguear, a hacer lo mínimo posible, a pasar el tiempo que es la única arma que tenemos los presos: el tiempo.
El tiempo pasa inexorablemente a pesar de lo que a algunos les gustaría. El tiempo pasa y la condena de cumple. La condena de la cárcel, el encierro, porque la otra, el sambenito de haber estado en la cárcel va contigo de por vida.
“En la cárcel el tiempo no se mide. En la cárcel el tiempo se siente, como se siente un dolor. Por eso necesito quedar libre del tiempo.” Jesús Zárate, Premio Planeta 1972 con “La Cárcel”. Y también: “En la cárcel tenemos tiempo para todo. Tenemos tanto tiempo, que hasta podemos darnos el lujo de matar el tiempo.”
Pero el mejor párrafo de ese libro a mi entender es este:
“Yo no desperdicio mi tiempo- anuncia Míster Alba- Tengo bastante vergüenza para dedicarme a leer el Código Penal.
Yo sí lo he leído- afirma David.-De cabo a rabo. Es un documento curioso. Se ocupa de todo menos de la justicia. Buscar justicia en el Código Penal es como buscar humanidad en una lista telefónica.
La falla de la justicia consiste en que el Código Penal es una estadística de crímenes adulterada por la honradez de los hombres que no los han cometido. Es como si las vírgenes escribieran tratados de dignidad para aleccionar a las que no lo son.
Los Códigos Penales deberían escribirlos los presos.”
Yo no di muchas vueltas al patio de la cárcel, prefería leer. Leí todo lo que cayó en mis manos. Ahora no estoy seguro si hubiera sido mejor dar vueltas al patio.
ALFONZO PAZOS FERNÁNDEZ