Durante los primeros cien días de su segundo mandato, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha intensificado su estilo de liderazgo, reforzado por su supervivencia a un intento de asesinato y varios juicios. Con una actitud aún más radical que en su primer mandato, ha tomado decisiones que han desestabilizado tanto la política interior como el equilibrio internacional, sacudiendo a aliados, mercados y pilares constitucionales.
En política exterior, Trump ha trastocado las relaciones con Europa al establecer negociaciones directas con Vladimir Putin sobre la guerra en Ucrania, dejando al margen a Kiev y la Unión Europea. En paralelo, ha propuesto transformar Gaza en un destino turístico, y ha abierto una guerra comercial unilateral con China que ha generado gran incertidumbre económica global.
A nivel interno, el Partido Demócrata permanece debilitado, sin liderazgos claros y con escaso margen de actuación legislativa. Mientras tanto, la Administración Trump mantiene un enfrentamiento abierto con el poder judicial, tras emitir múltiples órdenes ejecutivas, especialmente en materia migratoria, algunas de ellas bloqueadas por los tribunales.
Un actor central en esta nueva etapa ha sido Elon Musk, que ha ganado poder dentro de la estructura estatal, acompañando a Trump en una campaña de desmantelamiento o reducción de agencias gubernamentales. Se le atribuye influencia directa en decisiones estratégicas y simbólicas del nuevo gobierno.
Trump también ha reactivado la confrontación con Irán, aunque ha habido avances en las conversaciones, pese a la desconfianza persistente tras la retirada del acuerdo nuclear en 2018. En el frente migratorio, Trump ha aplicado una ley del siglo XVIII para realizar expulsiones en caliente hacia El Salvador, lo que ha generado graves críticas por violaciones de derechos fundamentales.
«Lo que necesitamos son jueces valientes», dijo Trump al defender sus políticas, mientras atacaba a universidades, colectivos LGTBI y a sus oponentes. Su cruzada «América Primero» se ha traducido en aranceles recíprocos, restricciones académicas y una guerra comercial que ha convulsionado las bolsas. Como concluyó Marc Short, exjefe de gabinete de Pence: Trump «prospera en el caos» y eso «forma parte de su estilo de liderazgo».