“Para entrar y salir de la banda tienes que matar o aceptar que te den una paliza”, afirma a ‘Fuentes Informadas’ un miembro de los Trinitarios. “En las bandas hay niños de 8 años”, sentencia
La vida de Pepe, nombre ficticio, ni siquiera alcanza los 30 años y hace bastante tiempo fue absorbida por el pozo negro de las bandas latinas, aunque “nunca he pisado la cárcel”, se congratula.
“Cuando te pegan, te tienes que defender. Tienes que demostrar que eres valiente”. En este sentido, Pepe afirma con rotundidad ser “muy violento” pese a que no ha matado a nadie, todavía. “No he ido a la cárcel ni he matado a nadie, pero sí, soy muy violento“, dice.
Obviamente su nombre no es Pepe y tampoco se van a revelar datos concretos acerca de su vida para que no pueda ser identificado y tomen represalias contra él. Su voz es la de la calle, la de todos aquellos jóvenes que viven inmersos en una espiral de violencia callejera que cada vez está más presente en multitud de barrios españoles. Bandas cuyos miembros se citan para matarse unos a otros. Son muchos los fines de semana en Madrid en que salen unos y otros de caza, armados hasta los ojos, y apuñalan a contrincantes de otras bandas con resultados fatales.
FUENTES INFORMADAS ha entrevistado en exclusiva a Pepe, exmiembro de la banda dominicana de los Trinitarios. Desea abandonar el grupo de “más de 300 chicos y chicas”, aunque en su mayoría son varones. El líder le ha mandado “matar a un chico más joven”. Esa es su penitencia para poder salir de ese infierno de muerte y violencia extrema que su banda asegura hacer “por placer”. Pero él no quiere matar a nadie.
Pepe admite que no consigue encontrar la manera de abandonar una de las bandas latinas más numerosas en España, los Trinitarios, que tiñe las calles de sangre y oscuridad.
Es consciente de que su cabeza tiene un precio tanto si abandona la banda como si no, y por eso decide ocultarse bajo un perfil falso. “Entré muy joven. Para unirme a ellos tuve que pegar y apuñalar a alguien“, comienza relatando. Un requisito para adentrarse en los Trinitarios, que “tuve que cumplir” o de lo contrario “me pegaban o me mataban”, afirma sin titubeos.
Reclutan a niños de 8 años
“Desde el principio todo son peleas y armas”, explica. Unas reyertas que asegura solo afectan a los miembros de las distintas bandas latinas que buscan “venganza” y conseguir tomar el control de los territorios enemigos. Todo ello con “machetes, pistolas, navajas y puños americanos” al alcance de todos y para lo cual “nos enseñan a disparar, y a apuñalar”, relata.
Según el joven, la adquisición de las armas resulta fácil gracias al mercado online. “Las armas las compramos fácilmente por internet desde el móvil”, confiesa. En caso de tener que comprarlas en tiendas, “presentamos el DNI o el pasaporte y ya”, continúa.
Los Trinitarios también son conocidos por el sobrenombre de los Trinis y se caracterizan por llevar un pañuelo “verde”, mientras que “el negro lo quemamos”. Además, Pepe comenta que para entrar y salir de la banda sus miembros te exigen superar una serie de pruebas que consisten en “pegar, acuchillar o matar”, para demostrar que puedes ser “uno de ellos”.
En su caso, Pepe les pidió drogas y la banda se las dió. El uso de traficar con drogas se ha convertido en un método de captación infalible para los Trinitarios. Así fue como nuestro entrevistado comenzó a sumergirse en un mundo paralelo a la realidad. “Les pedí marihuana, me la dieron y luego me dijeron que si no me unía a ellos me pegaban”, explica.
En cuanto a la edad de captación, Pepe afirma que los ideales son gente joven “de 8 a 17 años” y que suelen reunirse “en parques y recorrer todo Madrid”. Asimismo afirma que “el jefe te manda matar a los niños más pequeños de los Ñetas, Latin Kings, Dominican Don’t Play (DDP)…”.
Pepe supo engañar a su familia para que no supiesen que pertenecía a una banda latina. “Le decía a mi madre que me iba a jugar al parque con unos amigos”, comenta. Además asegura tener amigos fuera de los Trinitarios, pero se aleja de ellos por temor a que les hagan daño. “Si veo a un amigo no me acerco por miedo a que le maten”, afirma con la voz entrecortada.
Ahora, nuestro entrevistado quiere “abandonar la banda para tener un trabajo y ser un buen chaval” y porque “tengo miedo de que me hagan algo gente de otras bandas”. Una decisión, la de abandonar los Trinitarios, tomada pero que no parece fácil. Y es que “cuando salgo a la calle me pongo muy nervioso”, afirma. “Para salir de la banda tienes que poner un muerto sobre la mesa. O aceptar que te den una paliza”, señala.
Finalmente, Pepe explica que concede está entrevista para enviar un mensaje a los futuros integrantes: “Que no se metan en tonterías. Que estudien y trabajen”, porque “si te matan, tu familia no puede responder por tu vida”, sentencia.