La hija de Isabel Preysler asegura que los enfados le suelen durar bastante y que su pareja “tiene la mecha más corta”
Tamara Falcó ha contado cómo son sus discusiones con Íñigo Onieva tras reaparecer en su cita semanal con la tertulia de El Hormiguero después de varios días ingresada junto a su esposo en una exclusiva clínica de macrobiótica en Alicante para quitarse los ‘kilos de más’ de las Navidades.
La hija de Isabel Preysler, que luce radiante a base de una dieta détox combinada con ejercicio físico y diferentes tratamientos de belleza, revela algún aspecto desconocido se su relación hasta ahora. En esta ocasión, cómo son sus discusiones de pareja, de las que ha hablado entre risas.
“Cuando estoy enfadada odio que me pregunten si estoy enfadada. Es que nuestros cambios hormonales como mujeres son difíciles de controlar. Íñigo tiene la mecha más corta, pero yo tardo más en desenfadarme”, confiesa, reconociendo que la discusión a ella le puede durar bastante. “Lo siento. Me cuesta. Yo puedo estar enfadada hasta que se levanta, hace algún gesto y ya empiezo a reaccionar positivamente, pero puedo pasarme un montón de tiempo”, ha reconocido.
Muy divertida, Tamara confiesa que es una ‘dictadora’ en lo que a sus enfados con Íñigo se refiere. “En mi cabeza yo soy jueza y decido que esta bien y que está mal, soy la que dicta sentencia”. “Siempre o bastantes veces, tengo razón. Me atrevería a decir que un 98% de las veces”, asegura.
Un modelo de Carolina Herrera, su segundo vestido de novia
Las peleas con su marido no son el único tema sobre el que ha hablado Tamara, que días después de que la actriz Annaleigh Ashford luciese en los Premios Emmy el segundo vestido que llevó en su boda el pasado 8 de julio -un diseño rosa empolvado de organza con volantes, escote palabra de honor y lazo en la parte delantera- se ha pronunciado sobre esta comentadísima coincidencia.
“Es todo un honor que una actriz de los Emmy lo lleve. Este era mi segundo vestido y sería en exclusiva para mí hasta que me lo puse”, expresa al referirse al modelo que Wes Gordon, director creativo de Carolina Herrera, diseñó en exclusiva para ella, y del que ha asegurado que no le ha molestado “para nada” vérselo a la protagonista de Bienvenidos a Chippendales.