Silvia Llop: “La clave para descubrir si alguien solo nos busca para sexo no está en las citas, sino en lo que ocurre entre citas…”

La ‘psicóloga del amor’ publica ‘Mándalo a la mierda’, un nuevo libro en el que explora las relaciones reales o interesadas y da las claves para descubrir qué pautas se pueden seguir

P.- En el superventas ‘Mándalo a la mierda’, nos ayuda a descubrir qué errores hemos cometido en nuestra búsqueda del amor, errores que suelen ser….

R.- El mayor error que solemos cometer es evaluar las relaciones por lo que un día fueron o lo que nos gustaría que fueran en el futuro y no tener en cuenta el presente. Eso significa que muchas veces, nos quedamos ancladas en las primeras semanas o meses y, aunque todo haya cambiado, deseamos volver a ese momento y nos quedamos a ver si eso ocurre. O, por el contrario, soñamos tanto con el futuro que creemos que podríamos tener con esa persona, que no nos damos cuenta de que en el presente, realmente no somos felices. O nos damos cuenta, pero no salimos de ahí porque la esperanza nos nubla.

P.- Dice usted que hay que aprender a decir adiós a nuestros fantasmas y ‘mandar a la mierda’ a aquellas personas que solo nos quieren para follar. ¿Usted no cree que en la relación de sexo sin compromiso?

R.- El libro va dirigido a las personas que quieren construir una relación de pareja, así que eso es precisamente lo que enseño: a evaluar las situaciones para tomar decisiones que nos lleven hacia la dirección a la que queremos ir. Las relaciones de sexo sin compromiso existen, claro, pero no son el objetivo de las personas que compran este libro.

P.- Entonces, ¿se necesita pareja para ser feliz?

R.- No se necesita pareja para ser feliz, pero una buena pareja, puede enriquecer tu vida y cada persona tiene el poder de decidir si eso es lo que desea o no. Lo interesante sería aprender a ser felices por nosotros mismos y, si queremos, tener pareja, que sea desde la voluntad de que sume en nuestra vida, de crear proyectos comunes y enriquecernos. No desde cubrir vacíos emocionales o evitar la soledad.

P.- Entre las preguntas que usted plantea en su libro está cómo averiguar si alguien nos quiere solo para sexo. ¿Puede darme alguna pista?

R.- Normalmente, nos centramos en los momentos que compartimos en persona con alguien para evaluar qué quiere en base a cómo nos trata y a lo que nos dice. Pero la clave para descubrir si alguien busca cuatro revolcones, una historia sin compromiso o una relación oficial, no está en las citas, sino en lo que ocurre ENTRE citas… y hasta ahí puedo leer.

P.- En una relación de pareja debemos hablar de ‘inversión’ para que funcione…

R.- Es un concepto que me parece interesante porque una relación requiere de muchas cosas: energía, tiempo, cariño, voluntad, amor… Entonces, si una de las personas quiere invertir en esa relación y la otra no, nos vamos a encontrar en una historia desigual o en una no-relación, que es como he denominado a esas situaciones amorosas en las que una persona quiere formalizar y la otra, está bien sin poner etiquetas.

P.- ¿Cómo afectan a una relación circunstancias como el dinero o el estatus y qué importancia tienen?

R.- Afectarán negativamente cuando se usen como símbolo de poder y establezcan jerarquías entre los miembros de la pareja. Pero si ambos tienen el mismo enfoque con respecto a ello, no debería ser un problema, siempre y cuando la comunicación entre los miembros sea buena y pueda hablarse de cualquier situación que surja y que pueda incomodar a uno y otro. Al final, en una relación, cada persona aporta lo que tiene. El dinero o el estatus es solo una arista más, pero hay muchísimos más elementos, como la comprensión, el cariño, la organización de las tareas de la casa, la planificación de salidas y viajes, los detalles… La cuestión es que cada persona aporte lo que tenga y para el otro, eso sea suficiente para ser feliz a largo plazo.

P.- ¿Cuáles son las señales que debemos tener en cuenta para saber que estamos ante una persona ‘tóxica’?

R.- Me gusta más hablar de relación tóxica que de persona tóxica. Cuando tienes una relación tóxica, hay idas y venidas, las discusiones se repiten en bucle, hay manipulación, luchas de poder, celos, peleas y la relación no da paz, sino que tiene picos en los que se está muy mal y luego, cuando se hacen las paces, es todo maravilloso durante un tiempo (que puede llegar a durar tan solo unas horas). Este tipo de relaciones son muy adictivas y generan enganches que cuesta mucho romper. Además, dan pie a la dependencia emocional, que surge cuando ves que la relación te está haciendo daño, pero eres incapaz de dejarla.

P.- Usted centra su trabajo y análisis desde el punto de vista de la mujer, pero no debe haber mucha diferencia al hablar de los hombres…

R.- El amor es universal y la gran mayoría de los procesos los vivimos iguales, tanto hombres, como mujeres. El libro está enfocado en femenino porque la gran mayoría de las personas que me siguen son mujeres, pero es perfectamente aplicable al género masculino.

P.- Las redes sociales son enemigos de las relaciones. O dicho de otra forma, ¿cómo pueden alterar conceptos como la confianza, la lealtad o la solidez en una pareja?

R.- En realidad, las redes sociales no son el enemigo. Quien quiere engañar, engaña. Quien quiere mentir, miente. Las redes sociales solo son lugares donde se junta mucha gente y donde puedes mostrar partes de tu vida y ver las de los demás. Si alguien es leal y tiene una relación satisfactoria, por mucha gente que haya en las redes, jamás va a traicionar la confianza de su pareja. El problema es que si alguien viene con hambre y lo dejas plantado en medio de un supermercado, va a salir de ahí con comida. Y otra problemática es que las redes sociales son carne de cañón para las personas inseguras y con baja autoestima, que buscan calmar su ansiedad contando seguidores, investigando “me gusta” o comentarios en otras publicaciones. Ese es el mayor inconveniente que les veo a las redes sociales, que alimentan esa comparación insana, la idealización de las vidas de los demás y eso dispara la imaginación hacia lugares que no son los adecuados para tener una salud emocional equilibrada.

P.- ¿Se debe perdonar la infidelidad?

R.- Eso depende de cada persona y también del tipo de infidelidad. Para tomar esa decisión, hay 3 elementos que considero imprescindibles:

1. ¿Qué ha provocado esa infidelidad? Esa pregunta es compleja y muchas veces, necesitaremos a un profesional para ayudarnos a responderla. La idea es que, sabiendo qué ha provocado la infidelidad, se evalúe si es posible trabajar en ello o es algo que no se puede trabajar.
2. ¿Quieren ambas partes reconstruir la relación? Si solo una parte quiere, no va a ser posible superar ese evento.
3. ¿La persona engañada, cree que puede recuperar la confianza en su pareja o se ha roto para siempre?

P.- Anima a la mujer a librarse de los ‘tontos del higo’ que le hacer perder tiempo y encontrar a la persona adecuada, que es lo más parecido a encontrar un príncipe azul…

R.- Eso depende de la idea que tengas tú de príncipe azul. Si un príncipe azul es ese hombre que aparece para rescatarte de tu vida aburrida o sin sentido, no es eso a lo que anima el libro. Si lo que buscas es elegir a tu pareja desde el criterio adecuado, trabajar tu autoestima para colocarte a ti en un lugar protagonista y tener pareja, no para llenar tus vacíos, sino para compartir y construir algo que se sostenga a largo plazo, entonces estás en el lugar adecuado. Y, si quieres seguir alimentando tu amor propio, mientras aprendes sobre relaciones e historias reales, te animo a que te apuntes a mi newsletter, donde regalo una clase gratis de autoestima como bienvenida: https://silviallop.com.