Seminarista muerto

21 de abril de 2025
1 minuto de lectura
Un ataúd. | Flickr

Se corrió la voz en el pueblo como un reguero de sombras: Antonio, el hijo de los Quesada, que estudiaba segundo de latín en el Seminario de San Pelagio, había muerto a los catorce años, de pronto, igual que se desprenden las estrellas a lo lejos

La casa se llenó de flores y de llantos que los curiosos de alrededor potenciaban con su propio alboroto. El cura don Manuel insistió al sacristán en que las campanas doblaran a muerto toda la tarde hasta que el pueblo entero se llenara de sonidos oscuros, velados, por el adiós temprano de Antoñito, que parecía respirar inerte y satisfecho encima de la cama.

La madre del seminarista, Dolores, iba a misa a diario pidiéndole a Dios que le concediera un hijo cura, pero se lo quitó antes de que llegara a serlo… eso decía la gente, intentando justificar tanta tristeza.

El obispo de Córdoba, don Manuel Fernández Conde y García del Rebollar presidió el entierro. Como era pequeño de estatura, necesitaba distinguirse con ropajes dorados, anillos y guantes, cual príncipe que fuera a ser coronado. Vinieron a la despedida todos sus compañeros de curso y nos quedamos en el pueblo sin el cura soñado como si alguien, también de pronto, hubiera espantado las esperanzas.

Pedro Villarejo

Responder

Your email address will not be published.

No olvides...

Anarquistas

Podría llamarse sociológicamente anarquista a quien no se somete a las leyes establecidas porque la considera injustas o desproporcionadas y,…

Elecciones

Como en el siglo XIX español ganaba las elecciones el partido que las convocaba, Cánovas, conservador y con buen criterio,…

Envidiosa vejez

La vejez tiene su encanto, puesto que la vida, como todo placer, reserva lo mejor a la postre…

El cronista

En mayo de 2025 las mejores cabezas pensantes de Veraluz acordaron elegir por unanimidad honrada a don Ricardo de la…