Hoy: 22 de noviembre de 2024
El pasado domingo día 5 de marzo, poco después del mediodía, se estrelló en la localidad madrileña de Robledo de Chavela el helicóptero Pegasus, ‘el ángel de los moteros‘. No hay que lamentar pérdidas humanas, aunque tanto el piloto como un funcionario de la DGT resultaron heridos.
Este sofisticado autogiro, que pertenece a la DGT, se encarga de regular el tránsito de vehículos a motor por las carreteras, garantizando la seguridad de las personas. En especial, de los moteros que, durante los fines de semana, van por la sierra de Madrid y sus imbricadas curvas. Allí destacan bares y mesones por toda su geografía. Como el famoso ‘Bar Paco Cruz Verde’, donde se reúne la flor y nata de tan arriesgada apuesta deportiva.
Moteros de Ávila, Segovia, Madrid, Guadalajara y Toledo son custodiados por Pegasus, aunque los mecanizados jinetes no lo vean así. Para ellos Pegasus es un enemigo que les multa y les sanciona, pues, cualquiera que visite las localidades de Navalagamella, Pelayos de la Presa o San Lorenzo de El Escorial, podrá verificar la gran afición por el motociclismo en toda la zona centro de la península durante los fines de semana.
Pegasus se está quedando desfasado, y, aunque los drones le superan en número y capacidad de observación, pronto verá girar sus aspas de nuevo con la misión de ‘velar por esos locos del manillar‘.
Sus radares miden la velocidad mediante láser una vez cada tres segundos. Analizan un ratio de entre 80 y 360 kilómetros por hora. Si hay infracción, esta se transmite inmediatamente de forma telemática hasta el Centro de Tratamiento de Denuncias Automatizadas (ESTRADA). La Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) ha deseado a los agentes del helicóptero accidentado una pronta recuperación.