La ministra de Sanidad, Mónica García, ha anunciado que el Gobierno derogará la ley 15/97 que permite la colaboración público-privada en la sanidad pública y se prevé aprobar una nueva norma a principios de 2026 que ponga «coto» al ánimo de lucro y que blinde y proteja frente a «fondos de inversión, al ánimo de lucro y la depredación» del sistema sanitario español.
«Es una ley mucho más amplia de integridad del Sistema Nacional de Salud. No prohíbe que haya una colaboración público-privada, pero limita que lo puedas hacer con empresas con ánimo de lucro», ha comentado la ministra este domingo en una entrevista en El País, recogida por Europa Press.
García admite que esta nueva norma «claramente» no permitirá el modelo de Alzira, de Torrejón o de la Fundación Jiménez Díaz de seleccionar a pacientes menos costosos para lograr más rentabilidad y confía en que se apruebe próximamente. «Estamos ya ultimando y la vamos a llevar al Consejo de Ministros a principios del año que viene», ha indicado.
La ministra lamenta que se haya «pervertido» la colaboración público-privada en una «parásita». «Vamos a abrir todos los frentes posibles. Vamos a ir a tanto como ministerio y como grupo político Más Madrid en la Comunidad de Madrid a la Fiscalía por un delito de lesiones contra los pacientes, porque creemos que aquí hay un claro perjuicio en la salud de los pacientes», ha insistido, tras conocerse esta semana una información publicada por El País en la que se desvelan las órdenes del CEO del grupo sanitario Ribera, Pablo Gallart, en el que pide rechazar pacientes o procesos no rentables.
García también ha instado a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, a investigar lo ocurrido porque no se cree que sea una pelea de empresarios. «No, mire, señora, no somos tontos. Esto es una investigación profunda que tendría que hacerla si no fuera parte interesada», ha asegurado.
En este sentido, ha señalado que la Comunidad Madrid sale bien en las listas de espera quirúrgica y no en las de consultas y en las de diagnósticos, ni en las de tiempo de espera, ni en las de número de pacientes esperando «porque esas dos listas no se pueden maquillar». «Sabemos que en diciembre y en junio, que es cuando se publican esas listas, hay material con ingeniería estadística», admite.