Carlos Alcaraz llega al US Open con una convicción que, según él mismo admite, no tenía el año pasado. No lo dice por cumplir. Lo dice porque lo siente. “Hoy resisto lo que antes no podía”, asegura el murciano con una sonrisa que delata seguridad. El cambio no está en la raqueta ni en el físico. Está en la cabeza.
En 2024, los Juegos Olímpicos de París le dejaron con poco margen para desconectar. El calendario se le hizo pesado. “No llegué como quería, me faltaba energía mental para remontar situaciones difíciles”, recuerda. Este año, sin esa cita en medio del verano, ha podido frenar. Días libres, descanso real y tiempo para recargar pilas. Un lujo para un jugador que vive de semana en semana.
El título en Cincinnati ha sido un empujón, pero insiste en que no es lo que marca la diferencia. Lo importante, dice, es cómo se siente en la pista. Más tranquilo, más paciente y con la capacidad de soportar momentos de presión sin derrumbarse. “Antes no lo tenía. Ahora sí”, resume.
En su voz hay un punto de madurez. La sensación de que entiende que un Grand Slam es una maratón emocional. El tenis no espera a nadie. “Da igual lo que hayas hecho antes. Hay que estar listo cada semana”, afirma. Esa frase lo dice todo, según ha apuntado Europa Press.
El debut en Flushing Meadows será contra el gigante estadounidense Reilly Opelka, un rival al que nunca se ha enfrentado. Sabe que no será sencillo. “Todos conocemos su estilo. Tengo que estar concentrado en el resto y aprovechar cada oportunidad”, explica. Opelka es puro saque, puntos cortos y presión constante. Alcaraz lo sabe y prepara un plan: aguantar desde el fondo, agarrarse a cada intercambio y, sobre todo, no perder la calma.
Nueva York le trae buenos recuerdos y también una motivación especial. El ambiente, el ruido, las luces… todo encaja con su estilo eléctrico. Pero este año quiere que sea distinto. Menos altibajos, más control.
“Me siento bien en la pista, me gustan las bolas y estoy listo”, insiste. Esas palabras, más que una declaración, parecen un aviso. El Carlos Alcaraz que llega al US Open 2025 no es el mismo que se marchó el año pasado. Ahora, cuando el partido se ponga cuesta arriba, no piensa bajar la cabeza.
Si algo ha aprendido este año es que, en el tenis, el talento te abre la puerta… pero la fortaleza mental es la que te mantiene dentro. Y Alcaraz, ahora, la tiene.