El llamado “privilegio de blanco” permite a ciertas reinas católicas vestir de blanco ante el Papa, una excepción a la norma del luto riguroso que marca la etiqueta vaticana para mujeres. No es ley escrita, pero sí una tradición con siglos de historia, según una información publicada en Diario de Yucatán.
Además de la reina Letizia, tienen este privilegio Matilde de Bélgica, María Teresa de Luxemburgo, Charlene de Mónaco o la reina emérita Sofía. las reinas pueden llevar, además, mantilla y hasta peineta, un gesto que conecta con la simbología papal.
El Vaticano no cuenta con documentos oficiales que regulen esta excepción, pero el simbolismo permanece. Reconoce la fidelidad de estas casas reales al catolicismo tras la Reforma protestante.
Letizia usó por primera vez el blanco ante el Papa en 2014, ya como reina. Antes, como princesa, acudía a las ceremonias con el negro preceptivo. La reina Sofía lo ha lucido en canonizaciones y misas de inicio de pontificado.
Aunque es un acto protocolario, el uso del blanco transmite cercanía con la Iglesia. Lo inusual fue el caso de Cherie Blair, que en 2006 rompió el protocolo al acudir de blanco sin tener derecho al privilegio.