Escenarios de películas ganadoras de Oscar en La Calahorra acogerán macogranjas de cerdos y una planta de biogás con riesgo de contaminación del aire y acuíferos con millones moscas y mal olor
En La Calahorra, pequeña población del Marquesado granadino, los vecinos están que trinan, al menos una parte de ellos que sigue con angustia y preocupación la noticia de la apertura en su municipio de macrogranjas de cerdos y una fábrica de biogás.
¿Eso qué quiere decir? Pues que el lugar que guarda los escenarios naturales donde rodaron películas ganadoras de varios Oscar, como ‘Doctor Zhivago’, o ‘Hasta que llegó su hora’ y ‘Juego de tronos’, se van a convertir en terrenos donde millones de moscas y el mal olor se adueñarán de todo, un lugar poco agradable para que se pasearan ahora estrellas como Henry Fonda, Claudia Cardinale, Charles Bronson, Clint Eastwood o Sean Connery, salvo que sean amantes de las moscas y de los olores desagradables.
Levanta ampollas
El asunto ha levantado ampollas en la localidad granadina, que no se lo toma a broma y ha emprendido una campaña pública para denunciar el caso “y salvar a La Calahorra de un desastre irreversible”.
Un paseo por sus calles y plazas da idea del lío que se ha montado. No quedan balcones o farolas sin pancartas de protesta. No hay conversación en la que no se hable de ello y hasta la tensión se ha apoderado de los vecinos porque el debate los está dividiendo.
Una mayoría sostiene que se ha enterado de los proyectos cuando ya estaban aprobados por el gobierno municipal, del Partido Popular, al que acusan de actuar con “nocturnidad y alevosía” al dar luz verde a iniciativas claramente perjudiciales para el pueblo que, además, no aportan riqueza ni empleo, “solo mierda de cerdo”, señala un lugareño con enorme malestar que prefiere no dar su nombre porque teme represalias contra él o su familia por parte del alcalde.
Sentir vecinal
En declaraciones al diario Ideal, Jorge Fernández decía que se trata de un caso grave de «contaminación del aire y los acuíferos», y aunque el alcalde, Alejandro Ramírez Pérez, dejaba claro en la misma crónica que a nivel personal se posicionaba «en el sentir de sus vecinos en contra de esta explotación, sus paisanos no lo creen.
Reconocen que la empresa ha cumplido con toda la tramitación que se le ha exigido y ha actuado conforme a ley en todo momento. “No tenemos nada en contra de esta sociedad, nuestra queja va contra los políticos que no han defendido los intereses del pueblo hablando claro y con tiempo de este asunto”, refiere otro de los vecinos.
Futuro del pueblo
Entre los miembros de una agrupación vecinal que se ha creado para luchar contra la instalación de estas granjas, algunos se preguntan cómo el primer edil no informó sobre ello con claridad a todo el mundo dada la trascendencia para el futuro de La Calahorra de estos proyectos”. Y agregan: “Es una gravísima irresponsabilidad del gobierno municipal y hasta de la oposición socialista de la anterior corporación, que en el pleno que se aprobó la propuesta se abstuvo”.
La idea que comparten es que un lugar con un potencial enorme por su castillo único en España, por su enclave natural a los pies de Sierra Nevada, y por su historia cinematográfica “merece tener un futuro mejor que el de criar cerdos y transformar en gas la mierda que nadie quiere. ¿Estamos locos?”, sostiene Lola Aguilera Cabrerizo, que sigue el asunto con inquietud.
5.000 cerdos
El trasfondo de esta polémica surge a raíz de que la empresa Agro Valorizaciones S. L. proyectase instalar una planta de biogás para la generación de energía eléctrica (para consumo de la planta) y biometano para su comercialización. La materia prima saldrá de las macrogranjas previstas con capacidad para la cría de más de 5.000 cerdos.
“Este es el objetivo, teñido de verde, que la destructora industria cárnica intensiva esconde. La planta se conectará al gaseoducto de transporte primario “Huércal Overa- Baza – Guadix”, refiere un informe de la Plataforma en Defensa del Marquesado. Y añade: “La planta de biogás nos la quieren vender como la solución perfecta a los residuos que generan las macrogranjas y así justifican su instalación. Una excusa perfecta para hacer crecer sus industrias y nuestros problemas. Solo tenéis que fijaros en el mapa para que veáis de donde vendrán los purines, pero del resto de residuos desconoceremos su procedencia y composición”.
Legislación
En opinión de Gregorio Cantón, hijo del pueblo, “las plantas de biogás no se ajustan a la legislación vigente al no tener un interés social, satisfacer únicamente los intereses económicos privados y no aportar beneficios al pueblo (media docena de puestos de trabajo), y entienden que cualquier iniciativa agraria, ganadera o turística genera más puestos de trabajo sin perjudicar el entorno”.
Un dato sobre el que llaman la atención es que el entorno no podrá generar las 70.000 toneladas al año (191,78 toneladas/día) de residuos necesarios para el funcionamiento de la planta, “y eso obligará a recibir docenas de camiones (de no se sabe dónde, ni qué residuos transportarán) diariamente”.
Olores por la zona
Advierten que de esta forma habrá emisión de olores durante el transporte por todos los pueblos por donde pasen los camiones, y que en el llenado y vaciado de digestores, así como en el almacenamiento del digestato emanará un líquido maloliente, de muy poco valor y con compuestos químicos dañinos para la salud y el medio ambiente. Para el almacenamiento dispondrán de cuatro balsas de 37.000 m3 para almacenar el digestato líquido durante 90 días y una zona de compostaje de 3.240 m2 para el digestato sólido.
En materia de salud advierten de que la emisión de sulfuro de hidrógeno de estas instalaciones, gas inoloro, puede provocar irritaciones en las vías respiratorias, enfermedades pulmonares, daños cerebrales y en general una considerable merma en la calidad de vida de la población por los malos olores.
En la denuncia que hace pública la plataforma vecinal alertan también de otro asunto importante: el consumo de agua. “La transformación de los residuos orgánicos en metano consume una gran cantidad de agua, otro problema más (sumando las 3 granjas intensivas) para nuestros agotados acuíferos”, concluye Cantón.