El presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Rafael Louzán, ha asegurado que su principal objetivo es «no defraudar y cumplir con las expectativas y la palabra dada», tras asumir oficialmente el cargo. Lo hace, además, con alivio, después de ser absuelto por el Tribunal Supremo del delito de prevaricación, una acusación que le acompañó durante 14 años. “Me toca ahora intentar no defraudar y cumplir las expectativas y la palabra dada. Hay cuestiones que hay que llevar adelante en esta casa y poner nuestra parte para que nada falle”, afirmó Louzán durante los Desayunos Deportivos de Europa Press.
Louzán recordó que su entrada en la presidencia se produjo en un momento delicado, pues aún estaba pendiente de la resolución judicial. “Ese día no podía estar en mejor sitio porque por primera vez en una misma mesa íbamos a sentarnos todo el fútbol profesional español, fue un momento difícil de explicar”, comentó sobre el día de su absolución en febrero.
A pesar de la acusación, el dirigente gallego aseguró que siempre se sintió con «legitimidad» para liderar la federación porque confiaba en su inocencia. «Uno tiene que creer en lo que ha hecho y estar convencido del camino que ha recorrido», dijo, aunque reconoció que no fue fácil vivir con esa «losa» durante tantos años. «Ahora es una tranquilidad importante», subrayó.
Sobre su elección, Louzán destacó que quienes confiaron en él pensaron que era «la persona que mejor podía reunir esas condiciones para llevar las riendas de la RFEF». No obstante, admitió que si no hubiese sido absuelto, habría considerado que Pedro Rocha era la mejor opción para dirigir la federación.
Actualmente, Louzán ha logrado reunir en su Junta Directiva a actores antes enfrentados, como LaLiga, la Liga F y la AFE, aplicando «sentido común» para dejar atrás los conflictos del pasado. También ha expresado su disposición a colaborar con el Consejo Superior de Deportes. “Sé mi papel y donde quieren tener un aliado lo van a tener, estoy aquí para trabajar por el bien del fútbol”, aseguró.