Hoy: 22 de diciembre de 2024
“Se vende”, señala un cartel roído pegado a la propiedad ubicada entre el 3 y el 5 de la calle del poeta en pleno barrio residencial madrileño de Chamberí.
La llaman Velintonia y por allí pasaron todos, o casi todos, los escritores exquisitos de la primera mitad del siglo XX.
Allí vivió cuarenta largos años el poeta Vicente Aleixandre, el excelso soñador de la Generación del 27, quien recibiera el premio Nobel de Literatura en 1977.
Seguramente que con el inexorable derrumbe se perderán las voces de García Lorca, Alberti, Neruda, Dámaso Alonso, Claudio Rodríguez, Cernuda y de tantos y tantos que siguen incrustadas en sus paredes.
El tiempo es inapelable y solo el viento mueve sus plantas, pero los poemas siguen sosteniendo el verdor de este presente hostil que empezó en 1986 cuando murió Concepción, la hermana del poeta.
Seguramente, las tos del poeta sale del refugio de noche ofreciendo recuerdos.
Hasta La Velintonia llegué un sábado frío de otoño acompañado de José María Pérez, quien ofició de fotógrafo, y se sumó al serio reclamo, y a dúo nos preguntamos:, ¿por qué no cuidamos la visión y la existencia humana?
Por razones económicas abandonamos los lugares que realmente importan. Victor Manuel Arbeloa en su mítico poema “Canto de la Palabra Inmortal” (increiblemente musicado por Luis Partor) hablaba de que una vez muertos “Se olvidarán de nuestros nombres inocentes; nuestros versos”. Pues eso.
“Seguramente que con el inexorable derrumbe se perderán las voces de García Lorca, Alberti, Neruda, Dámaso Alonso, Claudio Rodríguez, Cernuda y de tantos y tantos que siguen incrustadas en sus paredes”…
Precioso texto del autor…
Y sí, se perderán para siempre esas voces
La lectura del texto conmueve…