El rapero estadounidense Sean Combs, conocido como Puff Diddy, ha sido condenado en Nueva York a 50 meses de prisión y al pago de una multa de 500.000 dólares por dos delitos de transporte con fines de prostitución. El juez Arun Subramanian aseguró que la sentencia busca enviar un mensaje claro de que la explotación y la violencia contra las mujeres serán castigadas con severidad.
El artista, de 55 años, fue absuelto de los cargos más graves —como crimen organizado y tráfico sexual— que podrían haberle supuesto cadena perpetua. La fiscalía había solicitado más de 11 años de cárcel, mientras que la defensa pedía poco más de un año. Finalmente, el juez optó por una pena intermedia tras escuchar los testimonios de las víctimas y de los hijos del rapero.
Antes de conocerse la sentencia, seis de sus siete hijos intervinieron ante el tribunal pidiendo clemencia. Justin Combs, uno de los mayores, afirmó entre lágrimas que su padre “ha cambiado mucho” desde su detención y pidió “una segunda oportunidad”. Sus hermanas y hermanos coincidieron en destacar el lado humano y generoso del artista, pese a reconocer sus errores.
Durante el juicio, dos mujeres —Casandra Ventura (Cassie) y otra expareja identificada como Jane— narraron los abusos sufridos durante los llamados freak-offs, encuentros sexuales organizados por Combs entre sus parejas y acompañantes masculinos. Ambas declararon sentirse humilladas y manipuladas en esos episodios.
En su alegato final, Puff Diddy pidió perdón públicamente por su conducta, calificándola de “repugnante y enfermiza”. El rapero permanece en prisión desde septiembre de 2024 y, con el tiempo ya cumplido, podría recuperar la libertad a mediados de 2028.