Hoy: 29 de noviembre de 2024
La protonterapia minimiza los efectos de la radiación en el sistema inmune, reduce la linfopenia y mejora la supervivencia, según destacó Rosa Meiriño, especialista de la Unidad de Protonterapia del Cancer Center Clínica Universidad de Navarra (CCUN), durante la 62ª Reunión Anual del Grupo Cooperativo en Terapia de Partículas (PTCOG) celebrada en Singapur.
En una ponencia sobre los beneficios de este tipo de radiación externa, Meiriño ha señalado que una de las principales ventajas es la preservación de los diferentes tejidos sanos que rodean al tumor y sus consecuencias para la calidad de vida futura, especialmente en pacientes pediátricos.
En cuanto a la linfopenia, una disminución de los linfocitos en la sangre periférica que puede producirse en la fase infecciosa aguda, en la inmunodeficiencia grave y después de tratamientos con citostáticos, ha subrayado que además, “tras la radiación con protones, se observa una menor linfopenia inducida por la radiación que en la terapia con fotones, y eso se traduce en un beneficio para todo el sistema inmune”.
“El impacto de la linfopenia inducida por radiación es importante en el resultado de un tratamiento oncológico. Hay estudios que destacan la relación perjudicial entre la linfopenia de grado 3 o mayor y la supervivencia global en pacientes que han recibido radioterapia como tratamiento frente a tumores sólidos, especialmente localizados en cerebro, tórax o abdomen superior. Cualquier estrategia que nos ayude a mitigar este trastorno sanguíneo en estos casos será beneficiosa para mejorar la supervivencia”, ha señalado la especialista de la Unidad de Protonterapia del CCUN.
La ponencia de Meiriño ha mostrado las conclusiones del estudio sobre una cohorte de 43 pacientes, unos tratados con protonterapia y otros, con fotonterapia. El análisis confirma que los pacientes con tumores torácicos y abdominales irradiados con protonterapia se asociaron con un valor inferior de dosis efectiva a las células inmunes circulantes y los recuentos de linfocitos en sangre periférica fueron estadísticamente superiores.