En una reciente investigación publicada el mes pasado en la revista Journal of Experimental Psychology General, y llevada a cabo por la Universidad de Arizona (UA) la cual propone que existen seis rasgos específicos que este tipo de personas tienen en común, que las hacen ver como: extrovertidas, hedonistas, poderosas, aventureras, abiertas y autónomas.
Para llegar a esta conclusión, se encuestó alrededor de 6000 participantes de 12 países, Aunque sus perfiles eran variados, su concepto de ser cool eran muy similares independientemente de sus países, edades, géneros, nivel de ingresos y educación. “Lo que me sorprendió fue el hecho de que el resultado fue prácticamente el mismo en todas partes”, expresa Caleb Warren, uno de los autores del estudio y profesor de la UA que ha investigado la psicología del consumidor durante veinte años.
Para realizar el estudio, cada participante tenía que reconocer la palabra cool, sin traducción, lo que puede interpretarse como que todos tenían que estar familiarizados con las nociones de esa palabra, muy relacionadas a la cultura occidental estadounidense y su éxito. “A nivel mundial, el éxito estadounidense ah llevado a la difusión de estilos musicales y una inmensa cantidad de contenido cultural, incluido, aparentemente, el concepto de cool«, expresa el antropólogo y profesor de biología evolutiva humana de la Universidad de Harvard, Joseph Heinrich, quién, cabe mencionar, no fue partícipe del estudio.
Aunque ser cool no es un tema muy estudiado, en anteriores investigaciones se ha demostrado que el serlo suele considerarse algo positivo, por lo que estas personas pueden ser vistas como amigables, competentes, vanguardistas y atractivas. Pero el grupo de estudio de Warren querían saber qué hace que una persona sea vista como cool en vez de simplemente ‘buena’.
Así que los investigadores pidieron a los participantes que pensaran en personas específicas: una que fuera genial, una que no lo fuera, una que fuera buena y una que no lo fuera. Luego, les pidieron que evaluaran a cada persona respondiendo cuestionarios que medían colectivamente 15 atributos diferentes.
Los primeros resultados arrojaron que si bien las personas cool y buenas tenían rasgos superpuestos, en comparación con sus contrapartes cool, las personas buenas eran percibidas como más conformistas, tradicionales, seguras, cálidas, agradables, universalistas (el grado en el cual una persona ve a todos y a todo como iguales o igualmente dignos de cuidado y respeto), conscientes y tranquilas. Aquellos que eran percibidos como capaces eran igualmente considerados geniales y buenos.
Una de las limitaciones de esta investigación es que no se encuestaron a las personas que desconocían esta palabra y sus connotaciones, además, el rango de edades en los participantes fue corto, enfocándose en los menores a 30 años. Por otra parte, las investigaciones sugieren que el deseo de ser cool es altamente fuerte durante la adolescencia, y que no solo incluye lo que la gente compra o a quién admira, sino en como habla o sus aficiones.
El ser una persona que asume riesgos y ser socialmente precoz durante la adolescencia, puede generar popularidad entre los jóvenes, sin embargo, un estudio realizado 2014 reveló que muchos de los adolescentes que tenían este tipo de comportamientos, eran susceptibles de tener problemas interpersonales así como con el alcohol o drogas al llegar a los 20 años. «Están haciendo cosas más extremas para intentar parecer cool«, declaró uno de los investigadores a The New York Times.
Mitch Prinstein, jefe de psicología de la Asociación Americana de Psicología, que ha escrito dos libros sobre la popularidad, comenta: “el estatus es dominio, visibilidad, atención”, pero también menciona que es la popularidad lo que contribuye al éxito a largo plazo, pues “incluso al niño menos cool le irá bien si tiene al menos un amigos cercano”, añade.