Bajar de peso se ha convertido en un objetivo recurrente para la mayoría de los españoles: el 72% admite haberlo intentado al menos una vez, según un estudio de la Fundación MAPFRE y la Academia Española de Nutrición y Dietética. Y no solo una vez: la media ronda los siete intentos.
Mujeres y personas jóvenes lideran la estadística, y las cifras apuntan a una tendencia que, lejos de estabilizarse, se repite año tras año. ¿El motivo? En muchos casos, la falta de resultados sostenibles o la recuperación del peso perdido tras seguir dietas rápidas o restrictivas, según una información de Europa Press.
El ayuno intermitente encabeza el listado de métodos más utilizados, practicado por tres de cada diez personas. Le siguen dietas extremas como las de muy bajo aporte calórico, detox o Dukan. En la mayoría de los casos, sin la supervisión de un profesional sanitario.
“Se venden como soluciones mágicas, pero no son sostenibles ni seguras”, advierte Giuseppe Russolillo, presidente de la Academia Española de Nutrición y Dietética. Según el experto, estos regímenes pueden provocar desde mareos hasta graves trastornos metabólicos.
Una de las grandes conclusiones del informe es la alta tasa de efecto rebote. En otras palabras: quienes logran bajar de peso, casi siempre lo recuperan. A largo plazo, estas prácticas no generan cambios de hábitos reales y pueden perjudicar la salud más que ayudar.
El estudio también revela que Canarias, Murcia y Baleares son las comunidades donde más se recurre a estas dietas. Por otro lado, Navarra, País Vasco y Comunidad Valenciana destacan como las regiones con más intentos de pérdida de peso.
La receta de los expertos es clara: comer más vegetales, moverse más y dejar atrás las soluciones exprés. “La clave está en los cambios graduales y sostenibles, adaptados a cada persona”, explica Russolillo.
Frente a las promesas vacías de las dietas milagro, la apuesta es por la educación en salud, la consulta con especialistas y el acompañamiento profesional.
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